documentos de pensamiento radical

documentos de pensamiento radical

jueves, 21 de septiembre de 2023

Carta a un Idiota Profundo

 



Ama el trabajo” Te dicen quienes nunca trabajan

Respeta tu entorno” Te dicen quienes hacen las guerras

Cuida tu imagen” Te dicen quienes son horrorosos

Sé sincero” Te dicen quienes mienten

Has de vestir con glamur y a la moda” Te dicen los vendedores de ropa

Respeta la justicia” Te dicen quienes hacen las leyes

Obra con honestidad” Te dicen los corruptos

Sé casto y puro” Te dicen los pederastas

No seas perezoso” Te dicen los que no hacen nada

Manda a tus hijos a la guerra” Te dicen quienes tienen a los suyos en la universidad

Arrodíllate” Te dicen los que están de píe

Siéntete culpable” Te dicen los que culpan

Arrástrate frente a una bandera” Te dice el que guarda su patrimonio fuera del país

Consume a diario” Te dicen quienes fabrican a diario

Tome esta medicina” Te dice quien inventa enfermedades

Pon la otra mejilla” Te dice el que golpea

No hables” Te dice el que no se calla

No pises la hierba” Te dice el genocida

No abortes” Te dice el que trafica con niños

Sé libre” Te dice el carcelero

Obstrucción a la autoridad” Te dice un tipo que golpea gente indefensa

Sed austeros” Te dice un banquero

Paga por tus crímenes” Te dice el aforado

No vivas de los sueños” Te dice quién se aprovecha de la realidad

Ábrete de piernas” Te dice quién tiene clausurado el cerebro

Crúzate de brazos” Te dice el que se mueve

Muévete” Te dice el que se cruza de brazos

No pienses por ti mismo” Te dice el que piensa por los demás

No te rebeles” Te dice el que tiene la sartén por el mango

Cree en dios” Te dice quién humilla al hombre

Sed súbditos” Te dice quién no responde ante nada

Obedece a los mercados” Te dice quién cobrará de los mercaderes

Ser feo es angustioso” Te dicen los vendedores de maquillaje

Sé libre y espiritual” Te dicen los vendedores de coches

Hay que hacer un sacrificio más” Te dice quién no renuncia a un privilegio de menos

Sé un patriota” Te dice un mercenario

En esta vida hay que apostar” Te dice el dueño de un casino

Me llena de orgullo y satisfacción” Te dice un señor que es un orgulloso satisfecho

La Herencia Recibida” Te dice un partido que siembra miseria

Finiquito en diferido” Te dice una abogada que dirige un país

Sé constante y serio” Te dice un empresario que evade impuestos y deslocaliza

Sé un idiota profundo” Te dice un subnormal a tumba abierta


Cristian Esteban Martín. Antipoemas. Ed. Crecida, 2013

miércoles, 20 de septiembre de 2023

Humana voz


 



A mi madre


Quisiera

que la humana voz

–la pura voz humana–

llegue a hombres y mujeres

antes de que acabe el mundo a cada rato,

sin estrépitos.


Anotar los sonidos angostos,

escribir

palabras-dardo pero palabras buenas;


extraer mi canto de la boca de la calle

con verbos que nacen de la lengua del deleite

y el respeto.



[Desdentar las aristas de la enfermedad,

deletrear los perfumes de la primavera,

versificar cada ángulo de la discriminación,

confinar el desprecio de moralistas,

desvestir a los publicistas del ahorro básico,

suspender las ejecuciones de los cotidianos asesinatos de la dignidad,

doblegar el fusil de los cazadores, desabotonar fronteras,

transterrar hienas.]


Palabras que abran puertas, que erijan puentes,

que sanen, que alimenten


al perro apaleado y abandonado:


al exangüe, al perseguido, al tullido, al barrendero que del suelo retira colillas y mascarillas usadas, a la peruana que cuida a ancianos y apenas puede cuidar a los suyos, al carpintero precario y a la universitaria que subsiste de camarera, a la gitana analfabeta, al mantero negro muy negro, a las kellympian retretes públicos y padecen el síndrome del túnel carpiano, al senegalés deportado en autobús y abandonado para morir en el Sáhara, al moro esclavo en el invernadero, al parado de larga duración, a las violadas y a las que lo serán, a la enferma mental, a las once personas que se suicidan cada dos horas y quince minutos a diario en este país, y al enfermo crónico,

carne de fantasmas a los que no vemos: nos.otros.



Quisiera, ay,

sosegar mi propio insilio,

laborar el lenguaje con voluntad en mano,

quizás de forma no tan lúcida, pero sí limpiamente infatigable.




Practicar –escribir– el amor

con expresión anónima

en un hueco entre los ruidos,


y ser jilguero, tal vez,


pero en sigilo.





ir conjuntando la mirada y el verbo,
este oficio tan de tanteo, tan de sombras
que persiguen la luz como un ahogado (…)

qué desatino necesario

este de transmitir la vida boca a boca,
de defender al árbol como a un hombre
y defender al hombre como a un planeta (…)

defenderlo con onomatopeyas,

con sílabas, palabras.

Palabras nada más (…)

Francisca Aguirre, «Oficio de tinieblas», Los trescientos escalones

Hago versos

porque no sé hacer la guerra. (…)

Si supiera hacer la guerra

engendraría agua con mis ojos

y repartiría lluvia en bocas torturadas.

Pero soy cobarde, señoras y señores, soy cobarde y hago versos.

Hago versos porque es mi forma de hacer amor,

y porque esta guerra está perdida cuando dejamos de ser humanidad.

Lola López Martín, piel adentro vocabulario tierra.

 

Lola López Martín,

Con la hiel en los labios,

Editorial Ultramarina,

Sevilla, 2023.

martes, 19 de septiembre de 2023

Sangre

 





A todas mis ancestras



Cuando tenía diez años

me explotó una bomba entre las piernas.

Creí que iba a morir de dolor.

Un agujero implacable me horadaba

y perforaba mis entrañas.

La infancia se desgarró

y saltó por la ventana.



Cuando tenía diez años

descubrí que podía mi cuerpo

engendrar otro cuerpo.


En la primavera de cada mes

sobrevivo a un naufragio de amapolas.

Ansío comer pizza y chocolate a deshoras

y no soporto el olor de la mandarina.

Por mis venas se combustiona electricidad.

Un enjambre de alfileres se me clava en los riñones.

Sabe a arcilla la saliva

y a óxido de hierro el sudor.

Mi vagina descorcha una botella de champán efervescente.

Mi ombligo germina una jugosa sandía,

trufada de dinamita con pepitas de miel.

Rebosan de lluvia los pechos

y de mis pezones brotan lagartos y margaritas.


Cuando desciende por mis caderas la luna púrpura

presiento el rugido de las leonas,

añoro el templado regazo de las marsupiales,

descifro el canto de las ballenas,

y en su aleteo evocan mi aliento las abejas.


En la primavera de cada mes

mi corazón se hace agua;

se posa en mi hombro el colibrí más indefenso,

y me convierto en nodriza de las gatas callejeras

y de las perras en celo.

Se incrustan en mi nuca los alaridos

de los heridos que habitan esta tierra herida,

y mi propio alarido nace

de todas las sufrientes de dos pies

y de las torturadas a cuatro patas.


Mis huesos arrastran un cansancio extremo,

un cansancio heredado

de atavismos remendados entre hormonas e instintos,

patrimonio de nuestro sexo lábil.


Mis manos heredo en llagas

de costureras, lavanderas, jornaleras, cocineras, esclavas, brujas y rameras,

desdentadas, artríticas, ignorantes, ultrajadas y violentadas;

manos de pintoras, médicas, astrónomas, escritoras,

hacedoras silenciadas.

[Como ellas, tantas veces, yo también

vi mermar mi sueldo,

el trabajo y las oportunidades

porque mi nombre se escribe con a.]


Árbol de madres hermanas abuelas hijas

que retoña bajo un techo de cristal,

linaje de hembras zurcido a golpes en la historia.


Mis venas se remontan

a los primitivos aullidos homínidos de la pequeña Lucy, luchando por subsistir,

a la pelvis madura de una Eva huérfana de madre y sin cordón umbilical,

al útero telúrico que perpetuó mi huella día a día, año a año, siglo a siglo

hasta engendrar azarosamente el cuerpo que habito,

cuerpo hogar interior de selvas matinales y desiertos nocturnos.

Sus paredes se sostienen en una argamasa anudada

de cicatrices y calostro;

y en sus curvas y circunvoluciones

fructifican hipsípilas y cristales, almendras y escarcha, rizomas de alma.


Un flujo racial recorre mi vulva forjada con polvo de estrellas,

y se extiende hasta las arrugas y cromosomas

de la descendencia futura de mi costilla.

Me arden los ovarios en un magma de magnolias,

orugas y peces.


Soy una mujer que está ovulando

gota a gota

flor a flor

la genealogía humana que ha llegado hasta mi vientre.


Soy carne que engendra vida,

vida que engendra carne.

Soy sangre.


Porque me hice mujer, por regla de naturaleza impuesta,

me pregunto si también los hombres

descubren a los diez años

que ya son hombres.







Cómo habría cambiado mi vida de haberme llamado Emilio.

Emilia Pardo Bazán






Lola López Martín,

Con la hiel en los labios,

Editorial Ultramarina,

Sevilla, 2023.

lunes, 18 de septiembre de 2023

E/Lección:




A veces, la única elección

es

conformarse con lo que no hay.

 

 

 

 

Lola López Martín,

Con la hiel en los labios,

Editorial Ultramarina,

Sevilla, 2023.

domingo, 17 de septiembre de 2023

PARA EL POBRE









es ave ya cazada el pobre

enjaulada la boca

castrada la voz

vuela

la libélula

con luz propia



el ave cazada

llegará a amar su jaula






las cucarachas sobreviven a la radiación - a temperaturas extremas - a catástrofes nucleares - al covid.19 - aguantan cuarenta minutos sin respirar - ignoran el entendimiento - el salario mínimo - no padecen tuberculosis - ni alzhéimer - ni estreñimiento - no conocen las pirámides - ni la mortalidad infantil - ni las bombillas de bajo consumo - ni los calcetines - ni la metadona - ni las bicicletas - ni las metáforas - ni la vulneración de derechos básicos - ni la restricción de oportunidades - ni las bolsas de plástico - ni la desnutrición - ni Júpiter - ni a Goya - ni a Sócrates - ni a María Moliner - ni a Hipatia de Alejandría - ni el jabón de afeitar de mi tío Vicente - ni el blues africano - ni afirman ni niegan a dios - ni al demonio - ni al Fondo Monetario Internacional - poseen un abdomen segmentado en diez partes - se cuelan por grietas y tuberías - residen en ambientes húmedos aunque se adaptan a cualquier entorno - son portadoras de bacterias y aniquiladas como plagas - caminan con tres pares de piernas - disfrutan con los desechos y cuando no los hay se ingieren entre sí mismas y reducen la población - descienden de un mundo preliminar a las lavadoras - a la leche desnatada - al desempleo crónico - anterior al cine - a las vacunas - a Matusalén - anterior al número cero - anterior al fuego - ajenas a la privatización - a la corrupción - a los preservativos - a las rebajas de temporada - sobreviven días e incluso semanas sin cabeza - pueden aguantar sin alimento un mes - asumen de natural la privación severa de necesidades básicas - rara vez mueren de viejas sino que son alimento de lagartijas escorpiones arañas y pájaros - sufren si se quedan solas - viven en familia hasta varias generaciones juntas - forman sociedades igualitarias - y toman decisiones colectivas por el bien común





¡liberad

de los hombres

a los hombres!






porque vivimos a golpes

canto al pobre que nació cucaracha y quiere ­­–puede– ser

libélula

a los que renuncian a la felicidad porque no pueden pagarla

comediantes anónimos de tragedias cotidianas

a los marginados

a quienes se les cae la casa encima o ya perdieron el techo

al que guarda cola durante horas y horas

y no deja de ser siempre el último de la fila

a los protagonistas de ningún noticiario

a los que fornican con la precariedad

a quienes son la mercancía de un saco sin fondo

y de un patrón usurero

a quienes se retuercen de espasmos

mientras esperan una medicina que nunca les llegará

a los que trabajan para seguir siendo pobres

a los esclavos de la caridad

a los que supuran hacia adentro

canto









canto –escribo–

a los que malcomen, malduermen y malviven1, libres

pero enjaulados,

a los que rebuscan en la basura,

a los que ellos mismos son

una inmundicia silenciosa








canto

canto

canto


y encierro mi propio llanto







poesía necesaria

como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto (…)

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos (…)

Gabriel Celaya, La poesía es un arma cargada de futuro.

Te vendiste / parte / a / parte

para deslizarte con silueta de gato

sobre los sueños nocturnos

de los jardineros en paro,

de los mendigos estacionados al filo de la honestidad,

de las mujeres africanas con el himen cercenado,

de los que nacieron para malvivir.



Lola López Martín, piel adentro vocabulario tierra

 

 

 

 

Lola López Martín,

Con la hiel en los labios,

Editorial Ultramarina,

Sevilla, 2023.


Fotografía de Juan Sánchez Amorós

1


sábado, 16 de septiembre de 2023

Un minuto de silencio


Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no protesté, porque yo no era judío.

Martin Niemöller

Cada palabra tiene consecuencias, cada silencio también.

Jean-Paul Sartre




Cuando bosques, montes, animales,

indígenas y pueblos son arrasados

por catástrofes naturales o empresas internacionales,

guardo silencio, porque nada de eso me incumbe.

Cuando las pateras de inmigrantes naufragan en el mar de Alborán,

los sirios se dejan el hogar y la sangre en el éxodo,

los haitianos hurgan en la miseria



y una niña es violada cada veinte minutos junto al Ganges,

la pena se adelgaza, porque todo queda muy lejos de mi día a día.

Si el gobierno emprende una ofensiva, no importa porque no soy soldado

y las batallas (¿qué batallas?) se lidian en otra orilla.

Si el Estado precariza los derechos

y abarata la dignidad bajo una reforma laboral,

yo callo, y acudo puntualmente al dentista y a la peluquería.

Desconozco si cuando miro el partido del Barça contra el Madrid

comparto la misma compañía eléctrica que la de la anciana de 81 años

quemada viva por una vela prendida en su dormitorio.

Permanezco en el sofá mirando Facebook o el televisor

mientras los bancos ejecutan desahucios

por impago de 436 euros

y Alicia V.M. se arroja desde el balcón de un quinto piso.

Mientras la gente rebusca en los contenedores de basura,

yo cocino mi paella el santo domingo.

Aunque aumenten la edad de jubilación y disminuyan las pensiones,

me siento ajeno porque soy joven.

Modifican la ley de dependencia, privatizan hospitales y colegios,

pero yo ni estoy enfermo ni tengo hijos.

Cuando los tribunales absuelven a corruptos, especuladores de cemento

y negociantes de empresas fantasma,

no digo nada, porque los caminos del poder son inescrutables

y hace tiempo dejé de creer en la justicia.

Cuando aprobaron la ley mordaza no me opuse.

Como soy apolítico, ni voto ni protesto ni opino.

Callo porque no quiero roces con el vecino,

ni con el cliente, ni con mi jefe.

Me considero una persona común que quiere vivir tranquila.

Voy religiosamente al trabajo y de esas cosas no me gusta hablar

porque nada se soluciona, ya sabéis:

ni hay menos mujeres muertas, ni menos miseria, ni más bosques,

ni menos guerras.

[El lunes guardo silencio. El martes guardo silencio. El miércoles guardo silencio. El jueves guardo silencio. El viernes guardo silencio. El sábado guardo silencio. El domingo guardo silencio.] …………..…………………….………………......

…………………………………………………………………………………….

………………………..……………………………………………………………

…………………………..…………………………………………………………

……………………………..………………………………………………………...………………………………..…………………………………………….…...

………………………………..……………………………………………………

………………………………..……………………………………………………

………………………………..……………………………………………………

……………………………..……………………………………………………....

………………………………..…………………………………………………...

…………………………………..………………………………………………...

…………………………………..………………………………………………...

………………………………..…………………………………………………...

………………………………..…………………………………………………...

………………………………..…………………………………………………...


Cuando vinieron a buscar a los inocentes,

no protesté, porque ¿quién es inocente?



Luego, como soy una persona común,

vinieron a por mí…

pero nadie protestó.


………………………………..…………………………………………………....

………………………………..……………………………………………………

…………………………………..…………………………………………………

…………………………………..…………………………………………………

…………………………………..…………………………………………………

…………………………………..…………………………………………………

 

 



Lola López Martín,

Con la hiel en los labios,

Editorial Ultramarina,

Sevilla, 2023.

Fotografía de Juan Sánchez Amorós




viernes, 15 de septiembre de 2023

4 poemas de LA PALABRA INVISIBLE de CRISTINA PEÑALVA PASTOR


 

 

Te vas
como todos los días
es un ritual mágico
reconforta sentirte entre mis brazos
cuento las escaleras de una en una
cuido de que la luz esté encendida
hasta que sales de casa y cruzas
y te vas


Me quedo tras el cristal y espero que te gires
y me mires
y te giras
y me miras
siempre lo haces
ni un día has dejado de hacerlo


Y pienso
qué pensará
cuando bordea el muro de Santa María
y se pierde entre los olivos
y le pierdo
y se va
como todos los días

 

***

 

Quiero contar un cuento
un asombroso cuento
un cuento de hojas negras
y garabatos interminables
un cuento de sugerentes fotos
que hilvanen arrullos inconfesables

He asistido a la muerte
de mis templos
ha sido doloroso
no hay desahogo
habitan mi soledad
leo sus cuadernos

Son como ventanas
que miran hacia adentro
y se repiten rutinarias

Les pongo voz
sabiendo que no sonarán

a verdad

 

 

***

 

 

No puedo hacer otra cosa que no sea estar aquí
a pie de cielo
abriendo pasillos largos
con ecos de ecos de sílabas
dispuestos a ponerme alas
y visitar la extrañeza pura
sin fingir que estoy viva
y que soy adicta a ir tirando
miguitas de pan
en cada cuento



***

 

Esta casa no es mía

Esta mesa redonda
de dulce leña
tampoco es mía
La pluma y el cuaderno
donde escribo revoloteos
no no son míos

Solo son míos los libros
En ellos nado y me reconozco
Son corredores explanadas
ramblas que arrullan versos
Me resulta difícil recordar
cuántos libros leí
sus historias se cruzan

La penumbra los paseos la calma

Dejo encendida la luz cuando salgo
por si acecha la hierba tenebrosa

Ellos me guían y me dicen
que todo fue
que es
y que será
hasta el final de la cosecha
cuando regrese
arrancando las páginas y
soltándolas al viento del poniente
por temor a que
si quedan recogidas
dejen de pertenecerme


Cristina Penalva Pastor. La palabra invisible. Ed. La Palma, 2022