VOCES DEL EXTREMO
documentos de pensamiento radical
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viernes, 13 de junio de 2025
LA FRONTERA
jueves, 12 de junio de 2025
SE ALQUILA / SE VENDE
miércoles, 11 de junio de 2025
2 poemas de VERSOS DE UN VIAJERO CONFUSO de JAVIER SÁNCHEZ DURÁN
Al olmo de la Cañá
…Yo pensé que no tenías corazón,
olmo centenario,
cuando, siendo pequeños, gateábamos hasta tu copa
e invadíamos tus entrañas vacías.
Pensé: este es un árbol viejo y melancólico
que no tiene corazón ni vida.
Esto pensé:
Se morirá pronto de nostalgia
y se vestirán de luto sus esquejes.
Pero aquella mañana,
a la temprana hora de los quehaceres,
los vi pasar a todos,
a la mujer con prisa,
al campesino, que visita su huerta diariamente,
a los niños que corren, jugando, hacia la escuela,
al tendero ambulante que vende fruta los miércoles,
a los ancianos, que se sientan a tu sombra, sobre el poyo de mármol,
Los vi a todos y los miré a los ojos,
de cerca,
y me asomé a sus miradas,
y allí estabas tú, olmo viejo,
en lo más profundo de la gente que se mueve,
allí estabas tú invadiendo interiores
y dando vida a lo cotidiano,
a lo sencillo y frágil,
que a tu alrededor deambula sin prisa,
respetando el ritmo lento de tus hojas,
que bailan, acariciadas por la brisa suave que te envuelve.
Tú eres el corazón del pueblo que vive y late cotidianamente.
Tú eres el corazón del pueblo que vive y late todos los días,
al sosegado y tranquilo ritmo de tus hojas….
CÓMPLICE
Ahora conozco
el poder de las olas interiores
que nos subían desde los pies
y sacaban brillo a nuestros ojos,
aquellas que provocaban
la lluvia de sudor en nuestra frente...
Eran olas poderosas y terribles
cuando la muchacha de labios inquietos
nos mostraba sus desolados muslos
mientras se bañaba
en un inmenso barreño de aluminio
a la luz mortecina de una tarde de verano
que se colaba, tránsfuga, entre los toldos
de aquel tórrido patio de vecinos.
Cuando llegaban ellas,
las poderosas olas,
anegándonos por completo,
nos mirábamos en silencio cómplice
con una sonrisa aletargada,
y nos ocultábamos tras las oscuras cortinas
del desván,
y reíamos....
reíamos conscientes de que éramos únicos,
solitarios reyes de aquel maltrecho paraíso,
y bailábamos, dementes, una danza alocada
por poder contemplar
la escena filtrada a través de las cortinas rasgadas,
cuando la muchacha de labios inquietos
nos mostraba, ingenua, sus tristes muslos
en aquel patio añil de luz detenida
de una mortecina tarde de verano...
Ahora sé cuán poderosas eran
aquellas olas que nos inundaban la mente
y clamaban a gritos que estábamos vivos.
Nos bebíamos la mar de un solo trago
hambrientos de olas y espuma
y reíamos porque estábamos vivos sin saberlo del todo
y la vida era tanta que nos salía por los ojos
y por la boca inmensa
con la astucia de un gato callejero
que a nadie pertenece y pertenece a todos
JAVIER
SÁNCHEZ DURÁN. Versos
de un viajero confuso. Ed. Niebla, 2018
martes, 10 de junio de 2025
PALABRA Y PIEDRA. POEMA IX
Si decidieras irte de la ciudad muerta si decidieras irte
si decidieras irte de la ciudad no hallarás
más que otra ciudad otra
ciudad como ésta
que es ésta y no es sólo envase
es
pálpito significado contenido
todas las ciudades una ciudad inmensa controvertida en cada alma
todas las almas un alma una ciudad donde la cabellera rebelde
del caballo
deambula como un buey por antiguos
laberintos chaflanes chorreantes de
sangre calcárea esperanzas amputadas en los ojos del ladrillo carne derramada
en cada cruce de caminos
y arriba
tú flauta mística del cielo te desvelas
ebria y ciega a nuestros ojos suplicantes
permaneces oculta tras el humo y sus escombros
en cada mano muriendo diariamente
tres mil augurios
en la mañana ardiente en
este infierno
hormigas sin conciencia tras el cristal
pintado de verde buscando un afán
crujir el esternón,
la médula
rutinario despertar continuo
a un mal sueño caída libre
al pozo sin final y sin palabra
¿ dónde está la paz dónde el sosiego dónde la felicidad?
¿bajo un mar de espinas resguardada por erizos de metal?
¿ a qué este balanceo sádico
en las aristas de la locura?
Quién oye
el sueño de mi boca maldita dónde se ocultará el sueño
quién oirá se estruendo de granada abierta sus infinitos corazones rotos
no hay suficiente silencio no hay calma ni intención
el viento nos ruge al oído con boca de hielo el río
gélido revienta todos los diques
la roca es nuestra piel tu piel mi piel
piel de sequedad sin besos agrietada negra como el
negro sol del mediodía
entre ruidos degollada
apalabra el futuro es una mancha
borrosa que difumina el tiempo
Qué hacer dinos qué hacer si aún semilla
cómo sacarme las hormigas de la boca cómo desatascar todo su barro interno cómo
quebrar esta abulia esta locura éxito cabrón o humillación mísera
sus hombros
enlazados arrodillados
orándote a ti Dios holográfico que nos mira solapado
y fustiga nuestra culpa
aserrando umbrales con los dientes
tapiando puertas con las uñas frías de nuestros pies talados.
La cuidad que eres tú que soy yo que es él la ciudad no solo envase
la ciudad pálpito significado contiene muñones que se alargan
lenguas cortadas cuencas
vacías corazones parapléjicos bolsillos rotos bajo la hiel del pecho medalla cromada
en la frente del indigno lo demás
tu demás es etiqueta publicitaria mas ellos tus falsos
profetas
siguen enumerando todos sus contornos
la belleza de la flor negando el agua a sus raíces dejadlo ya por favor dejadlo
olvidar el verso de Quevedo haceos polvo
sí mas polvo crudo sólo
polvo
que desde la cima hasta
el aire se despeña
y en el llano sonoro descansa tu silencio
sonoro descansa nuestro silencio
sonoro descansan
todos nuestros silencios.
Francis Vaz. Palabra y piedra. Ed. Diputación de Huelva.
lunes, 9 de junio de 2025
EL PERRO SEMIHUNDIDO DE GOYA
Mordo cada silaba do que será o interrogante verso.
J.E. Nelson
SOY
el perro que se asoma al buen Olvido.
¿Habrá algún roquedo elevado para posar mi
mirada? ¿Algún silbido de curruca que simule al sueño? ¿Algún arroyo donde
purgar los huesos ofuscados por la sequedad? No soy esa luz instalada en la
pupila del viento, sino la Sombra que queda del Verbo colmado de infinito. Bajo las alas de la oscuridad no me queda más
que invocar el alimento de un Sordo que sólo se provee de veneno, mas no sacian
su Hambre ni mi Olvido.
Santiago Aguaded Landero. Cave Hominem. Ed. ACSAL, 2024
domingo, 8 de junio de 2025
5 poemas de CAVE HOMINEM de SANTIAGO AGUADED LANDERO
EL MASTÍN DEL SENDERO
BIFUCARDO
¿QUÉ
es el
Laberinto? –preguntas.
Acaso espejo minúsculo donde titila la luz de un símbolo; piel de mujer
a la orilla de un mar cegado; sendero oculto que se bifurca cuando se oye la
maresia.
Hay
laberintos que se construyen en soledad. Otros en colectividad. Hay enigmas en
cada etapa del camino, esfinges con (más)caras de perro, que nos interrogan con
palabras que no pueden ser escritas. Sospechas de la felicidad ajena y ahora,
al mirar detrás (o adelante), la sientes tan presente como la tristeza.
EL SILENCIO DE LOS PERROS
I
(una
noche de cacería)
LO peor no era los perros ni
que todos estuvieran famélicos.
Lo
peor era sus miradas barcinas, que como dentelladas, se agazapaban en la noche.
Lo peor era ese temor al colapso que sin embargo ya había sucedido. El paisaje
devastado: los árboles en el atlas del cielo. El vigor insomne de las hormigas
frente a la ausencia de pájaros. Lo peor era la soledad acompañada. Como ciegos
envidiosos de la luz apostábamos los oídos en la oscuridad como quien espera
fosfenos extraordinarios pero allí solo existía la convicción dentada de los
lobos: el hambre y su dominio. Aunque sus lenguas estaban atadas a las estacas
del mal, lo peor era el aullido silente de los perros.
II
SIN FLORES NI SOMBRAS
(al día siguiente de la cacería)
AL alba la claridad revela
flores espurias: flores sombrías, flores cenicientas, flores mustias, y no nos
sirven de señuelo. Acaso un cimbel de pato nos sirva para comer carne un día,
pero hemos de acostumbrarnos a pastar como los corderos. ¿Quién ha visto un
cordero carnívoro? Llevábamos el valor del viento en la cara, el peligro del
agua en la mar, el escalofrío del esclavo que intuye la paciente espera del
hoyo. Hemos llegado al mal de la montaña, porque el miedo como los abismos es
vertical; no hay mayor mal que aquel que se oculta en la transparencia.
Entonces le digo: - «el mal es deseo de
justicia, el bien es fruto que fenece. Ambos trabados en lo idéntico».
TENHO QUALQUER COISA DE CÃO
COMO un perro tibio de
ensenadas, tengo la visión borrosa.
Entre sombras
atisbo amaneceres sin sol ni luna. A veces camino con las manos y utilizo la
cuatro patas para morder el tiempo. ¡Ah si pudiera decir lo que han visto mis
ojos insomnes! Un ojo es todo un cuerpo, una boca es agujero negro, siempre
hambriento. Hambre y distancia en el Lar Abierto. Hacerse el perro, ¿significa
ratificarse como sombra o ladrar a la Ausencia?
- ¿Estás ahí, lector dormido encima de tu
ubicación digital? No. Sí.
Estás
ahí mientras los perros del laberinto, como Argos, huelen el olor fétido del
amo. Sólo una autopista (fantasma) impide a la jauría cruzar hacia el otro
lado, donde yo, perro obeso (y faldero), me escondo entre flores (olvidadas
/vertebradas)…
7-7-24
CANCIÓN DE LOS PERROS PASTORES
NOSOTROS
somos los que fijamos los
límites del rebaño,
los que marcamos con orines
el territorio del
laboratorio / laberinto
bajo la luz eléctrica del
conocimiento.
Hacemos el día igual a la
noche
y la noche igual a todos los
días
en los que comes pienso
animal,
cosecha transgénica de cruces.
Aquí hoy sólo crecen despojos
cebados de ciencia,
tan tácitos de defunciones
que es inútil maquillar el disfraz
de cíclope eficiente.
Cuando la tarde
conjura a las ovejas
a guarecerse de la noche
sorbiendo el escombro de la sangre,
ellas se obstinan, cautivas
de un ayer propicio,
en un (des)orden insomne,
bocetos ya de carne
de cuero envejecido
en las manos urgentes
del carnicero/ del jifero.
sábado, 7 de junio de 2025
TRENO POR UN PERRO MUERTO EN LA CARRETERA
SE PUDRE en
medio de la carretera un símbolo.
¿Quién se disputa los signos que abandonan su costra: el
asfalto, los cuervos o los insectos? La vida alimentándose de otra vida-muerta
¿Dónde la fosa para enterrar las flores de la rabia y del miedo? Tal vez no te
dignes abrir las verjas de hierro y el sol impregne tus ojos ciegos de ese
enjambre de huesos, mercancía rancia de poetas y bóxeres.
«ciegos,
con los vestidos desgarrados,
devorados por los rayos del sol
y
un enjambre de insectos»
UN PERRO ANDALUZ
Santiago Aguaded Landero. Cave Hominem. Ed. ACSAL, 2024