¡Ay, niño, que ya no duermo,
que a la camita tuya
se me ha ido el sueño!
*
¡Qué lujosa mi casa
cuando tu estabas!
No había ningún mueble:
solo la cama.
*
Amor,
ni semilla, ni fruto
en flor.
*
Ahora que no te quiero
de lo mucho que te quería
¡cuánto me acuerdo!
*
Lo que no se vive,
se escribe.
Isabel Escudero. Cifra y aroma. Ed. Hiperión, 2008
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