En tantos buenos poetas contemporáneos, una fiesta de la reticencia. Pero por qué la poesía ha de tener tanto miedo a ser a veces explícita... Tranquilízate: no va a sufrir quemaduras de tercer grado por exponerse un cuarto de hora a la luz solar.
Si ya llevas gorra de visera, ¿para qué quieres además un parasol?
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"Al llegar a la plaza verás una diosa y dos leones; gira entonces a la izquierda”. Pero quien hablaba así no era chamán o arúspice, sino un taxista madrileño intentando guiar a un forastero al volante de su furgoneta. Y en el asiento de atrás la pareja de amantes pensaba, cada uno por su lado y también conjuntamente: cuántas veces somos incapaces de ver a las diosas y los leones que están ahí, a la vista de todos, por desatención o por ceguera o por prisa o por cobardía…
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Ir a buscar un suave
corazón peludo
y no encontrarlo
pero en vez de eso hallar
el hueco de la mano
que encaja exactamente con la nuestra.
Jorge Riechmann. Ahí es nada. Nuevos ensayos sobre el mundo y la poesía y el mundo. Ediciones El Gallo de Oro. Bilbao, 2013.
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