SOBRE EL TRANSITO DEL PINTOR PEPE ESPAÑA, DE RAFAEL
ALCALÁ
Manuel Varo
No hay mejor regalo que la mirada de un amigo. Rafael Alcalá nos entrega un conjunto de fugaces apuntes poéticos, a modo de intenso diario, de un periodo de su amigo y paisano, el pintor Pepe España, donde de la mano del autor recorremos un periplo, años decisivos sin duda, de un pintor que nunca olvida sus orígenes, el mar de su infancia, el salitre que impregna sus recuerdos más inocentes. Málaga, Madrid, Cuenca, y finalmente, Sutz-Lattrigen, siempre con dos referencias vitales que dejaron huella en el artista, su Málaga del alma y Cuenca, cuna y paraíso de tantos pintores y escritores (como una especie de Tánger nacional, de protectorado bohemio en medio de la grisura ambiente de la época) que hallaron allí su particular edén o refugio a mediados de los cincuenta y sesenta del pasado siglo. De hecho, es significativo el posterior vínculo que el pintor establece entre Berna y Cuenca, como dos caras de la misma moneda. Cuenca y su ambiente particular determinan una búsqueda que acabará en la ciudad suiza, como si el círculo se cerrara tras larga e intensa búsqueda.
De la mano de Rafael
Alcalá asistimos a los avances de un itinerario vital, al menos de una parte
significativa, donde el afán y la vocación acaban encontrando su merecida recompensa.
Vivir para pintar y ganarse la vida con la pintura, doble sueño convertido en
cotidiana realidad, la aspiración de muchos artistas. ¡Y Pepe España la
consiguió! Y no sólo en Suiza, sino en otros países: Alemania, Francia, Estados
Unidos…
Resaltar la
facilidad con que Rafael nos va situando en los variados e interesantes
peldaños de la vida del artista, recalcando con toques poéticos su devenir
pictórico, su lucha por cumplir su aspiración vital, como privilegiados
espectadores, gracias a una prosa ajustada, llena de matices y de ricos hallazgos,
que nos permiten, desde esa exclusiva primera fila que facilita la literatura,
asistir a los sucesivos éxitos, profesionales y personales, de un paisano tan
ilustre: Pepe España, que desgraciadamente abandonó este mundo el 27 de
diciembre de 2007.
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