ALCALÁ, Rafael, Por el quicio del viento. Málaga 2022, 58 págs.
“Como
un destello en la noche más oscura…”, así define el autor la greguería en
la “Nota a la edición”, con la que abre este nuevo libro.
Destello, resplandor, chispazo, centelleo…
o, cuando menos o también, atisbo, indicio, señal… Que todo ello va surgiendo a
medida que avanza el lector desentrañando ese chispazo que produce la fusión de
la alegoría con la agudeza humorada, el destello de la realidad al choque con
la idea; lo que uno ve contrastado con lo que siente, surgiendo el concepto.
Singular
es en el autor desarrollar esos destellos en una sola línea, como si de un
horizonte rectilíneo se tratara, evitando esa sensación de revolera torera,
cuando el capote danza por encima de la cabeza del maestro.
Y
singular es donde ubica su maestría poética: en el quicio del viento… “¡No vé!”, que diría un chavea del Llano
de la Trinidad. “¿No habrá otro sitio,
maestro?” El quicio del viento, bien lo sabe Alcalá en su dilatada obra, es
el límite imprevisto que produce asombro. Desplazarse de allí donde el latido
produjo la abstracción y la quimera es “desquiciarse” y no estamos para bromas
en estos tiempos nuestros tan ahítos de absurdo y sin sentido.
Relámpagos
de sinrazón –hachazos algunos- para que el lector acceda al quicio del viento y
se deje llevar con sus propias conjeturas al decir de Alcalá, según observa el
mundo el autor en esos latidos de filósofo humanista, acostumbrado a deambular
en su vida por las trochas y senderos de la mismidad ignota, hasta dar con ella
y convertirla en poema. Y todo fue destello…
Consignamos
siete -número perfecto- de las greguerías ofrecidas que, a quien esta obra
recensiona, le produjeron una cordial paralización del pensamiento. Un juego
que –parece- Rafael Alcalá gusta brindar al lector con literaria maestría.
-
El final de la ola es el epifonema de
un gran poema.
-
Dejó las cabras y tuvo el móvil más
moderno. Ahora usa camisa de fuerza.
-
Si oyes la aguja caer en el agua, es
que estás más vivo que nunca.
-
La niebla es perfecta: disimula todas
las imperfecciones.
-
La ciudad de La Alegría existe. Allí
carecen de wifi.
-
Cuando la furia se desata, las puertas
de la razón se cierran.
-
El final de un libro no existe; se
prolonga hasta un suspiro muy profundo.
Ahí
queda eso… para el lector que quiera, por el quicio del viento, alcanzar
el suspiro que contraste con tanta trivialidad en torno. Alcalá es maestro en
conducirnos a ello.
En la Bahía de la Calma, Palma de Mallorca, agosto 2022.
Fdo. Jesús Miguel
Benítez
No hay comentarios:
Publicar un comentario