Pero
miro hacia arriba: las estrellas
escriben
Sin
entender comprendo: también soy escritura
y en
este mismo instante alguien me deletrea.
Octavio Paz
Yo creo en un Dios todo vida y todo amor, que es padre y madre que es la pachamama
madre tierra de los amerindios
y es luz de Buda y rezo de fuego de los musulmanes que va el sábado a la sinagoga
y a la iglesia en domingo
porque el Dios
universal en quien yo creo o es Dios de todos
o no es el Dios de nadie.
Perdónenme aquellos que lo quieran en sola exclusiva para él, para los suyos o para su patria o su templo pero este Dios en quien yo creo se escapa
de las vitrinas le gusta
derramarse por la vida sin más fronteras
que todo el firmamento.
Yo
creo en un Dios naturaleza, en un Dios de plastilina que está en las anchas galaxias y en estrechas callejas derramando su olor de vida por todas las esquinas
en un Dios que se sumerge por los infiernos más hondo de la amarga pobreza.
Perdónenme
quien lo dibuja con oros y diamantes para
ponerlo decorando en su palacio o su iglesia
pero este Dios en quien yo creo no le gusta la riqueza le gusta repartirse como pan, en manos desnudas
y así desmenuzarse.
Yo creo en aquel nazareno,
en aquel llamado Jesús que tan hijo de Dios era, que lo era de
hombre y mujer aquel a quien torturaron y asesinaron en cruz
acusado por
fariseos, por los guardianes del templo del imperio
y del poder.
Perdónenme quienes
con la cruz aún matan la utopía el
Cristo de la cruz en quien yo creo es de ira y rebeldía es aquel a quien vosotros
de nuevo queréis
silenciar
al
que con mil hambres y bombas queréis otra vez
ahogar y asesinar.
El Cristo en
quien creo anda en las entrañas de la periferia está enfermo de una
nueva lepra llamada SIDA
y es emigrante o puta se disfraza
de mil miserias
lo encierran en
las cárceles y anda en los barracones arrastrando sus días.
Perdónenme
quienes creen en ese Cristo de estampitas con sus ojos tan azules y sus pelos tan rubitos
y tan blanquito, tan inmaculado, tan muertecito...
yo creo en un Jesús
humano, que a pesar de los pesares vive y resucita.
Yo creo en ese Espíritu que se derrama con ternura universal y santo que es verde fuente de hermosuras es sabia, movimiento, es ese viento que
respiramos esa sangre que corre
por las venas del universo
y el pensamiento humano.
Perdónenme
aquellos que crean en un espíritu mago en un gris espíritu del miedo y del crujir de dientes
de oscura superstición, de la venganza y de la muerte que premia a los buenos (ricos) y castiga
a revoltosos harapientos y malos.
Yo
creo en ese espíritu huracán, viento y suave brisa
que
unas veces es sólo llovizna haciéndonos cosquillas
y
otras veces es tormenta arremolinando mil sueños
alumbrando
los anhelos del horizonte-utopía
de barro y de pueblo.
Perdónenme
aquellos quienes crean que el Espíritu Santo
es como un perro
guardián que les vigila su rebaño
y
que bendice sus bancos y sus máquinas de guerra
y le ayuda en sus batallas,
elecciones y negocios
por toda la tierra.
Yo creo en una
iglesia sin puertas ni murallas ni templos
que sea torbellino que empuje a la utopía
del reino
de Dios y de los pobres, del espíritu y de la carne
que sea alma y
que sea cuerpo que sea un arroyo que arrastre
las penas
y las hambres
Perdónenme quienes
creen en una iglesia de oro y plata
de catedrales inmensas llenas de velas y estatuas
de sacerdotes varones
vestidos de triste
negro
¿Acaso es ese el
sueño que en las tierras de Palestina
soñó un nazareno?
No creo en la iglesia que pasa de puntillas por el barro
que
se saca fotos
estrechándole al poder la mano
no
creo en una iglesia de inquisiciones y sanedrines
la
iglesia en que creo tiene acento popular y boquete
s en los
calcetines.
Perdónenme si acaso
digo una herejía,
perdonen
pero esta nuestra
iglesia a pesar
de palabras y homilías
no es la iglesia en que creo, le sobran grises le falta alegría.
¡¡Ojalá nos lloviera
un loco aguacero
de evangelio
que arrastre con su fuerza nuestras indolencias y muros
que nos arranque todas las vendas y cortinas de humos
que limpie todos
los templos de lucro y de riquezas
y
que el Dios universo-amor y el espíritu-tormenta
nos
relampagueará el corazón volviéndolo de carne
en vez de dura piedra.
ESA TRISTEZA
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pablo Neruda.
Cuando llega esa Tristeza
no las pequeñas
adversidades
no las
contrariedades y contradicciones no las cotidianas tristuras
como cuando se
cae la mayonesa y te pone
perdida la cocina
sino la gran Tristeza.
Esa que nace de lo
más hondo de la conciencia de vivir una
realidad cruel y tiránica
una realidad mentirosamente irreal.
Esa que te brota cuando te das cuenta
de que este mundo no
está hecho para la felicidad que no existe el paraíso terrenal
que a lo más que podemos aspirar
es a minúsculos
destellos de claridad como la noche sólo puede romper
su perfecta negrura
con esos puntitos
de oro que llamamos estrellas y ese
plato de plata
que solemos llamar
Luna.
Cuando llega esa
Tristeza no los grises pasajeros
no los instantes
de eclipse no los otoños caseros
como cuando el
salón se queda tenuemente semioscuro
con la luz
amarillenta
de una tímida bombilla
de cuarenta
vatios
sino la profunda Tristeza.
Esa que llena de alquitrán
el alma
esa que vuelve
todos los versos tristes
esa que afea todas
las bellezas.
Cuando llega esa
Tristeza a veces pienso
que mi reino no
es de este mundo
que me mandaron
por equivocación
a este planeta.
Paco Doblas. Yo tengo una rosa con tirabuzones. Ed. Punto Rojo, 2022
Guauuuuuuuuu. Me ha encantado paco!!!!! Pero pq Dios en vez de Diosa? Creo q Una Diosa no deja q se mueran sus hijos!!!!!! Una Madre cuida al q más lo necesita.....de sus hijos q somos todos... según algunos escritos..... Enhorabuena buena paco!!! Eres un fenómeno!!!!!
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