El tiempo de mi vida
no ha sido mío.
Antes que yo naciera
ya no era mío.
El tiempo de mi vida
ha sido un río
por tierra seca y llana,
casi vacío.
El tiempo de mi vida
no lo he vivido.
El agua que abre cauce
la pierde el río.
Si nunca llego al mar,
como he querido,
un cauce a medio abrir
y endurecido
dirá que alguna vez
allí hubo un río.
Un río que murió
por ser un río.
Hoy la vida se gana
perdiendo la vida.
Alguien vive robando
vida a la vida.
Jesús López Pacheco. El tiempo de mi vida. Ed. Germania. Alzira, 2002
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