documentos de pensamiento radical
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domingo, 12 de septiembre de 2010
VOCES DEL EXTREMO: POESIA Y ANARQUÍA
Antonio Orihuela - La Anarquía tiene muy mala prensa: caos, desorden, descontrol... no podía ser de otra manera sabiendo para quien trabaja y de quién es la prensa. En el resto de los ordenes de la propaganda tampoco sale que digamos muy bien parada, libros de historia incluídos. No podía se de otra manera sabiendo para quien trabaja la publicidad, la propaganda y, finalmente, de quién es la universidad y la Historia que en ella se construye, y no digo ya la universidad privada dedicada a menesteres más lucrativos, de momento, con el Ministerio de la Verdad, tienen suficiente... pero la Anarquía no tiene nada que ver con eso, la Anarquía es más de andar por casa, se tratar de vivir la vida sin que te dominen y sin ejercer dominio sobre nadie, y esto solo es posible cuando las personas son libres, autónomas y responsables, es decir, cuando no delegan en otros los asuntos que le atañen, y cuando practican el respeto hacia el otro y la solidaridad, el apoyo mutuo y la generosidad con los demás... Esto que parece retórica y palabrería hueca en realidad ha sido nuestro horizonte vital hasta hace menos de diez mil años, cuando las cosas se empezaron a torcer tras las primeras ciudades, desde entonces se nos viene pidiendo que, como anarquistas, nos olvidemos de nuestra vida y seamos esclavos de otros, que nos olvidemos de nuestras responsabilidades con el grupo y delegemos en personas que no conocemos de nada los asuntos públicos que nos atañen, que nos olvidemos que ha sido el respeto, la solidaridad, el apoyo mutuo y la generosidad la que nos hicieron una especie de éxito dentro de la escala de la evolución y que practiquemos el egoismo, la competitividad y la avaricia como valores excluyentes... En esa guerra andamos, y esa es la base de la enfermedad social que padecemos, porque en realidad la gente no quiere dejar de ser anarquista. Piensa que durante las ocho horas (teóricas) que uno tiene para atender su casa y sus seres queridos no hace sino participar de relaciones sociales libres, responsables, solidarias, respetuosas y generosas, así hacemos y deshacemos en nuestra casa, somos responsables de lo que ocurra en ella, mantenemos relaciones de respeto con nuestros padres, con nuestros hijos, somos generosos con ellos, recibimos alimentos gratis, damos alojamiento gratis, nos preocupamos por el otro... y todas estas prácticas sociales maravillosas se hacen al cobijo de la divina, la vieja acracia... Piensa en tus horas de descanso, en el gusto de compartir el lecho con la persona amada, son otras ocho horas de afirmación de ese mismo compromiso, también aquí es la anarquía nuestro refugio, nuestro sentido de la vida... Como ves, incluso los que no saben que son anarquistas verían como una locura que hubiera elecciones para que un individuo que no conoces de nada se metiera en tu casa y te dijera qué tienes que comer, qué programa ver, dónde dormir y con quién, etc. y desde luego, sin la práctica de todos los otros valores que hemos reconocido como anarquistas la vida social, tal y como la conocemos, sería impensable... Tampoco cantemos victoria porque está claro que los ataques del Capital contra estas esferas de la vida social cada vez son más preocupantes (asilos, guarderías, internados, prostíbulos, consejeros, etc.) y también nuestra resistencia a la delegación se va haciendo cada vez más frágil... A pesar de todo, tan solo en eso que neutralmente se llama mercado de trabajo estamos completamente sometidos a unas relaciones que no son anarquistas, que nos enferman, que nos esclavizan, nos explotan, y donde mandan relaciones de dominación que nos son extrañas, tan ajenas a nosotros que muchos hablan de este tiempo como el tiempo de la muerte frente al otro vivir que sería el vivido en la Anarquía... Como ves, casi todo el tiempo somos anarquistas aunque la gente no sepa que es la Anarquía..., y cuando no vivimos en la Anarquía enfermamos, porque el trabajo alienado nos enferma, porque las relaciones de explotación nos enferman y esa enfermedad es la que se extiende hoy por el cuerpo social, gangrenándolo y entregándonos al tiempo de la muerte... Por eso, frente a esta enfermedad social que padecemos, es necesario ejercitarse en prácticas de sanación, de meditación, de toma de conciencia sobre los peligros que nos acechan, y no en plan curso de verano de mucha teoría y certificado al final de la semana, sino en prácticas verdaderas, reales; prácticas que nos involucren, que pongan a prueba esos valores éticos que se nos están muriendo entre las manos, y eso es lo que hay que inventar, lo que hay que extender hasta que también hayamos incluido el ámbito de la producción dentro de nuestro vivir en la Anarquía... Mientras suceden estas cosas, que aquel abuelito en Moguer decía que pasarían en el mundo futuro, no podemos cruzarnos de brazos, tenemos que seguir luchando y conjurándonos para que ese mundo futuro llegue lo antes posible, y hacia esa conjura, en ese deseo, tienen lugar los encuentros de Moguer, eso es lo que los que aparecéis por allí hacéis año tras a año, visivilizar la Anarquía, hacerla visible, mostrando que es posible una cultura libre, horizontal y autogestionada, más allá también de la retórica hueca del compromiso, que a mi no me gusta nada cuando se queda en simple enunciación y que me parece que en Moguer puede constatarse en todos y cada uno de los poetas en la medida que estáis allí, participando, comprometidos con los encuentros, con el resto de los participantes, compartiendo textos, lecturas, libros, complicidades, coches, besos y hasta tipi indio donde echar los huesos cuando la noche se alarga...
Independientemente de la forma de acercarse que cada uno tenga a la creación. ¿Viste el maravilloso respeto por todos los poetas que intervinieron, el silencio y la atención que se le prestó a todo el mundo? Eso también es la Anarquía: respeto (en tanto deseo de hacer por el otro lo que a uno mismo nos gustaría que nos hicieran), cuidado (del verbo cuidar), atención (de estar atentos) y sin que medie coacción o clientelismo alguno. Ese es el más grande de todos los compromisos poéticos.
Entrevista de Luis Antonio Gónzalez Pérez a Antonio Orihuela en http://luisantoniogonzalezperez.blogspot.com/
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LÁSTIMA QUE SÓLO HAYA UN ANTONIO ORIHUELA
ResponderEliminarHAY OCASIONES EN LAS QUE AL MOVERSE LA VENDA, TE VEMOS A TI
ABRAZO VERDE, FRONDOSO, FRUTAL
Querido Jorge, no necesitamos antonios orihuelas, necesitamos todos los nombres, tras la venda estamos todos,un gran abrazo!!
ResponderEliminarJoder, me has emocionado...has plasmado perfectamente mi sentimiento.
ResponderEliminarUn abrazo,
(Te echaré de menos en Suburbia).