A Nora Espina y Julia Rigo
El tiempo
imparte su
doctrina,
te quedas sordo
mudo
ciego.
Poco a poco vas
haciendo callo,
la piel se
endurece
y va perdiendo
sensibilidad.
Es tal la
urgencia
tales las
exigencias
que te apremian
que gusto y
olfato
son
acontecimientos
meramente
accidentales.
Te educaron en
la inercia
te educaron en
la indiferencia
te educaron en
el dolor
te educaron en
la muerte.
Al final
comprendes
que todo
aquello
que te
enseñaron
era falso,
que no debiste
fiar
ni en dios
ni en el estado
y mucho menos
en ti.
Míralas.
Son libres
y felices,
sonríen,
se deslizan por
el tobogán
hacia nosotros.
No deberían escucharnos.
No deberían escucharnos.
Jorge Espina. Volver al pan, llegar a casa. Ed. Canalla, 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario