A mi hermana Mari
Don José rompía
palmetas en las manos de los niños
Don Emilio les
destrozaba las piernas
Con una manguera del
butano
Don Bartolomé le
reventó la nariz
A la Santi contra la
pizarra
Y a mí me hinchó a
bofetadas por recriminárselo
No podíamos ir con
quejas a nuestros padres
Porque eran capaces de
reforzar la lección
De los maestros con más
golpes
Eran tiempos en los que
a la tortura se le llamaba educación
Y al miedo
Respeto
Patricio Rascón. Olvidar el olvido. Ed. Baile del Sol, 2012
Gracias, muchas gracias, por todos estos poemas de mi libro que estás compartiendo con los seguidores de Voces, querido Antonio.
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