documentos de pensamiento radical

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viernes, 15 de noviembre de 2019

TERRITORIO MOQUETA de MERCEDES CEBRIÁN




14 Ladbroke Terrace, 
London W11 3PG

1)
Decidí enmoquetar
porque mi idea era asentarme allí.
No se enmoqueta para un fin de semana, la moqueta
es irreversible. De la moqueta
no te puedes ir: es fuente de electricidad
estática y lo estático tiene que ver con garrapatas,
con sanguijuelas, con todo lo que se niega
a abandonar la piel–
solo nuestra intervención
logra arrancarlas.
Las ventosas, al menos,
permiten que corra algo de aire entre
ellas y nosotros.

2)
Un caramelo chupado,
un clip, una goma elástica pasada: todo eso
vive en la moqueta o entre la moqueta.
Estaba ahí remetido: no brillaba el clip
ni se dejaba ver el tornasol
del caramelo de menta, ni por asomo destacaba
la goma elástica formando un dibujo sobre el suelo.
Se agazapan las cosas
dentro de la moqueta y hay que aprender
a verlas.

3)
Los Waley-Cohen llevan un tiempo fuera: en su buzón
se amontonan las cartas. Están suscritos a The Economist.
Cuando vuelven a casa se oyen sus pisadas
por encima de mí.
La moqueta amortigua: su pelea de ayer
parecía una declaración de amor.

4)
Hace cuánto que no enarbolo la bandera
del aquí estoy yo, hace cuánto
que los pies no afirman: «Debajo de nosotros
hay un campo magnético». Clavar
la bandera estadounidense sobre la moqueta o escoger
una pica con una gran cruz de Calatrava en medio
(cuidado, niños: viene el Duque de Alba con su calzado
del siglo dieciséis y os dejará manchada
de barro la moqueta).

5)
Ocurrió la catástrofe: unas manchas
de chorizo en la moqueta beige
la afean para siempre –aquí mi pan y yo
nos caímos del bocadillo que fuimos una vez, dice el rastro
aceitoso. Pues bienaventurado el embutido graso porque él
sí logra dejar huella.

6)
Lo más cercano a una adolescente
lo soy en la moqueta. Un encierro
de horas en mi cuarto
con las piernas en sitios infrecuentes, una caja
con una llavecita que esconde mis tesoros.
La moqueta es testigo
y es cómplice a la vez. Al igual que la sangre
no debería verse (cuando sale a la luz
se considera herida o hemorragia), la moqueta
no nos muestra sus calvas.
¿Había dicho ya que la moqueta esconde?

7)
Pero no existe el encima, el sobre la moqueta.
Enmoquetar equivale a tomar la Bastilla. En la moqueta
se está o no se está. La moqueta es radical:
paladas
de moqueta pueden llegar a cubrirnos
por completo –yo nunca dije
que la moqueta fuese sólida.



Mercedes Cebrián. 

en Streets Where to Walk Is to Embark: Spanish Poets in London (1811-2018) de Eduardo Moga(Redactor), Terence Dooley (Traductor). Edt.  


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