I
Es fácil caminar
mientras descarga
el oleaje
su lluvia
incandescente
sobre tu espalda,
con la sonrisa recta,
la mirada en el suelo
y los pulgares tensos.
Es fácil caminar
sin perspectiva
[ahora
que el futuro
se diluye]
con objetivos claros
[a 5 o 10 minutos]
marcados
con tiralíneas
como en el mapa
el cruce de fronteras
entre Mali y Argelia.
Calcular la distancia,
la velocidad del cruce de miradas,
el volumen de encuentros.
Llegar,
pidiendo perdón
o permiso.
Sin juicio,
por favor,
sólo venía
a comprar
un paquete
de galletas.
Sin sentencia.
Por favor,
sin sentencia.
Es fácil volver
a casa con el sol
dando en tu espalda.
Con el peso de las miradas,
[de esos ojos
ahora
más visibles]
sobre tu espalda.
Los puñales sobre tu espalda.
El peso de la sociedad,
la libertad y la vida.
Correr,
pidiendo perdón o auxilio.
No me grite por favor,
lea el BOE por favor.
Y biología,
ciencia,
sociedad
y poesía.
Lea. Por favor, lea.
Por fin en casa.
La llave en la cerradura,
la mirada en el suelo,
atenta al próximo escalón.
El ascensor aséptico
[sin compartirte,
sin vivirte]
El miedo del encuentro en la escalera.
Ha sido fácil,
sólo un momento ahí afuera.
[En casa,
ya estás en casa.
Por fin en casa]
Sí, ha sido fácil.
Mañana volverás a intentarlo.
IV
Tu dolor
se me impregna en cada pliegue gris
a 360 kilómetros
por hora
[parte
de la materia
del caos autoinmune
de mi alma
parte
de la materia
de mis huesos frágiles]
Degenerando células
y arterias
Porque
soy tú
y tu esencia
se ha olvidado de ti mismo
Mi autoborrado
parte de tu inercia
de apoptosis programada
desbordando la presión
por encima
de 120 hectopascales
Osteoporosis emocional
Hipertensión o
disnea
el trayecto lineal del sismógrafo
que no late
y que nunca miente
El bocado se atraganta
El óleo se diluye en trementina
Y se me derrite tu autoabandono por
dentro
Tu ceguera se acumula en decibelios de
gritos
de impotencia en mi estómago
como gritos de gaviotas confinadas
en un cielo congelado
de plastinieve eterna
Y vuelvo a dormir
vuelvo a huir
y me envuelvo
Desprendimiento del mundo
en la retina
Elena Pedrosa. En: Inexpugnable. Ed. Fantasma, 2022
Fotografía Abel Murcia
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