Si he nacido en
la habitación limpia y soleada del mundo…
Si subí a todos
los tiovivos de la infancia y reí y me lamenté
con
los payasos…
Si se hizo la
luz a mi paso…
Si
amo y me aman…
Si
me han querido siempre más de lo que yo
he querido…
Si la eternidad
me espera en cada cana o en mi frente
y
la enfermedad me respeta…
Si he transitado
los caminos de Europa y he pernoctado
en
sus fondas más acogedoras: cuando el cielo y la tierra
aún
cambiaban de luz…
Si he fumado
cientos de cigarrillos en las gasolineras de la noche…
Si te he
encontrado al fin…
¿De dónde me
llega esta tristeza…?
¿Del tiempo?
Del
tiempo
O
de la Historia…
La Historia es
el tiempo de los hombres…
De
los hombres: entonces…
De los hombres y
del tiempo: o de la tristeza misma…
(en
realidad) Del sentido de la tristeza…
…
Aunque quizás:
este desconsuelo ya estaba en los tiovivos…
Y
en el zureo de las palomas en los parques y en sus colas flabeladas…
Y
en las papalinas infantiles que dejamos enterradas en la nieve…
Y
en los payasos: sobre todo en los payasos…
Y en su ansia de muerte…
Matías Escalera Cordero. En: Voces del Extremo: poesía y alegría. Ed. La Vorágine, 2022.
Fotografía de Dory Hernández y Eduardo Maldonado.
Frágil equilibrio el de la lucidez y la inocencia.
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