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Ponía cervezas al piquete que venía, a lo mejor éramos catorce o quince, y no las cobraba. Él también había sido yesero... Es Fermín quien habla ahora, recordando a Vicente, el dueño ya fallecido, del Bar Méndez, en San Roque. Ya me lo pagaréis, aunque sea en carnes, decía, riéndose de forma pícara y ruidosa, arrebatándole toda la solemnidad a su gesto de apoyo a la huelga. La fraternidad de los humildes no necesita aspavientos ni espra medallas; las manos amigas que se tienden en el momento incierto, como socorro generoso, no precisan ni fotos ni reportajes.
Joaquín Vega, Manolo Cañada. La huelga más larga. Asamblea de yeseros y escayolistas de Badajoz. Baladre, 2011.
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