TAL vez lo falso y el error
esté en todo lo que llaman eterno.
Sin algo en qué dudar,
sin un recelo,
sólo hay herrumbre y persistencia,
ensueño vano.
Podría parecer
que lo mejor ya ha sucedido.
¿Quién
lo sabe?
Lo cierto es que al final,
lo que no mide ni pesa nos aguarda.
(persistencia)
NOCHE sin más,
territorio a la contra,
frontera de la luz,
esta sensación de ahogo que funde el fuego.
¿Cómo olvidar este estupor que entraña un alma?
¿Cómo evitar su intensidad?
Sin un mínimo logro, entre mil dudas,
con la herida abierta y junto a aquellas voces señeras
de las que tanto aprendimos:
¿de qué
serviría hoy
si todo hubiera sido solo bruma y desacierto?
(aprendizaje)
ALGUNOS días tuvieron otro sentido.
Recuerdas
la tiritona de las hojas con su baile,
la lágrima inocente y matinal de los otoños.
Añoras esa habilidad,
la levedad sin ruinas,
la cautela,
su acción controvertida, el óxido
entre lo físico, la música y el tiempo.
Y te dejas llevar.
A otros
también
les duele aún y evitan, como tú,
tener que rendir cuentas.
(otoño)
LAS olas, otra vez.
La luz y el aire;
la arena del silencio con su sal.
Lo que nunca se cuenta.
Callar. No insistir.
Estar sin ser, sintiendo así la anomalía,
la línea peculiar del horizonte,
su pertenencia a un cielo en flor siempre ofrecido.
Del eco al canto.
(anomalía)
SI tanto espanta el tiempo yéndose,
si asusta su sazón,
su peso,
cómo callar frente al espejo por su huida,
cómo alejar el animal del miedo
cuando desde su densidad continuamente avisa
del flujo abierto de su trayectoria.
¡Vivir, sin más, es el camino,
dudar, el argumento!
(trayectoria)
ASÍ el silencio,
libre ya de la voz,
entregado a la espuma de su mar,
dándose.
Ángel impar a la espera,
adentro,
más allá del sonido de otra orilla.
(horizonte)
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