belén viviente
el ángel en la cuerda
pataleando
le saca brillo
a las heridas del Cristo
la sacristana
llaman a prima
corretean las monjas
por el convento
tras los maitines
se retiran las monjas
entre bostezos
tienen el hábito
de fabricar licores
en la abadía
de madrugada
no se oye ni un alma
en el cementerio
mira el billete
del cepillo el mendigo
de la parroquia
coro de iglesia
un barreño de lata
en cada gotera
junto al retablo
la pared está llena
de desconchones
tiende la ropa
de la abuela en la tapia
del cementerio
junto a la Virgen
se persigna la niña
y se besa el dedo
día radiante
al salir de la iglesia
brilla el arroz
sale la viuda
con las rodillas rojas
detrás los hijos
miran su agenda
al salir del velorio
las plañideras
puesta de sol
la sotana del cura
se ve a lo lejos
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