La pregunta
Una
autocrítica equivale al suicidio
Roque Dalton
Antonio Martínez,
que se escondió seis
meses en el 75
y vagó de Valencia hasta
Almería
en
la clandestinidad
perseguido por la
social,
y al que el Partido seguía
exigiendo el pago de la cuota...
Antonio Martínez,
que luego huyó de
España a Francia en el 76
con toda su familia
y volvió en el
77...
Antonio Martínez,
que ya no militaba pero
seguía en la brecha
SE PREGUNTABA
QUÉ PODÍA HACERSE PARA EVITAR
QUE EN LAS IZQUIERDAS
COMO EN TODAS PARTES
EL HOMBRE FUERA SIEMPRE UN
DEPREDADOR
el
compañero,
un depredador
el
dirigente,
un depredador
el
opositor,
como un depredador
y no veía salida para que
todos se unieran contra los depredadores oficiales
sin actuar
a su vez
como congéneres.
Antonio Martínez,
se preguntaba...
Enero de 2003
País de hielo
qué no daría por la dicha
de estar a tu lado en Islandia
Jorge Luis Borges,
Nostalgia del presente
Si el mundo pudiera cambiar
y convertirse en otra cosa…
Me habrías tenido preso
para siempre.
¿Por qué sabría
Borges de nuestra
añoranza?
En aquel país
de hielo
deseé estar contigo,
te buscaba
y no te hallaba.
Y es que ambos
estábamos lejos,
muy lejos,
uno junto al
otro
en la cama.
Memoria histórica
I
Verano
de 1969
Ecos de aljibe
bajo la parra.
El agua vuela
del caldero
a la palangana.
Mi abuela
cocina un desayuno
de sopas que se tuestan
a la lumbre.
Chisporrotean las vides,
borbotea el agua.
Un gallo, un carromato,
alguien que habla en la
calle.
Domingo en la mañana.
Todo resuena en duermevela
al despertar.
La cama chirría
con voz metálica
de ornamentos de Iglesia.
Lejos repica la campana.
Cual sombra silenciosa,
en el sobrado duermen
las pistolas triunfantes
bajo un polvo de más
de “Veinticinco años
de Paz” y de silencio.
Como una bella durmiente esperan
el beso de un príncipe
azul
que las despierte.
El abuelo paterno murió
joven,
dejó esposa, hijos,
labranza,
pistolas y victoria.
La mañana radiante
anuncia de nuevo
en el aire
la misa dominical
ofrecida a los caídos
por Dios
y por España.
Hora de levantarse.
¡Arriba España!
II
Zona nacional
El padre de mi madre
compró un camión antes
de la guerra.
Hizo sus cuentas.
“Rufino Blanco.
Camión de transportes.
Ofrece a usted sus
servicios”.
El flamante Chevrolet
-- Made in USA,
de mil novecientos
treinta y cinco--
cruzó caminos de norte
a sur de la provincia
con el orgullo
del abuelo reluciendo
en su chapa
y en el interior.
Llegó la guerra,
justo
cinco meses después.
El ejército alzado
le tomó la palabra:
por servicio a la causa
nacional
requisaba el camión.
El radiante vehículo
se volvió tenebroso.
Como un buque fantasma
a través de las mieses
conducía la carga
atribulada.
Y su frente no fueron
las trincheras
ni las balas enemigas,
sino el silencio y el sigilo
de la imprevista sorpresa.
Salían en la noche,
de población en población,
de casa en casa.
Listas, nombres,
direcciones,
todos anotados.
Faros en la oscuridad.
Golpes a la puerta.
“¡Abra!
Salga como está,
no necesita nada”.
Entre las encinas
se ocultó su clamor.
Las cunetas y las zanjas
saben de sus destinos.
Torozos, el nombre de Sabino
y un caballo
blanco son
el viejo eco de la
carnicería.
El abuelo acompañó al camión
los primeros días.
¿Cómo perderlo?
Un día no volvió más.
Lo visto era bastante
para toda la vida.
Reclamó por años
el valor de su vehículo.
Los papeles no mienten:
“le comunico que no están
en debida forma
los documentos señalados
con una cruz
al margen:
Propiedad –
Requisa –
Único medio de vida –
Adhesión –
Inutilidad X”
Nunca alcanzó
reparación.
Mas no debe olvidarse
la mancha familiar:
un suegro en cargo
de Juez de Paz
con la República,
que visitó “Las Cocheras”
de Valladolid.
Sobrevivió al destino
del campo de reclusión,
pero duró sólo
unos meses
refugiado en el silencio
de una oración
impronunciable.
Aquel
que
sabe
que
no
tiene
nada
más
que
perder
puede
no
privarse
de
decir
quién
no
debe
tener
nada
más
que
ganar.
Pero
aquel
que
sabe
que
aún
tiene
mucho
que
ganar,
no
quiere
decir
de
todo
lo
que
está
dispuesto
a
privar
a
quien
parece
que
no
tiene
ya
nada
más
que
perder.
Javier Dámaso. La Edad de Hierro (2002-2013). Colección Cortaelaire.
Fundación Jorge Guillén. Valladolid, 2014
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