-I-
-II-
Se considera imprescindible hacer
de lo inhóspito algo cotidiano, vigilar sonrisas pasajeras, pasear con pómulos
desencajados, mandíbulas traviesas, con huecas impresiones de lo que no
acontece nunca.
La vida es un conjunto de actos
inexplicables a los que rendimos tributo día tras día.
Tendemos a vestir la vida con
pajarita, pantalón con raya al medio para fechas señaladas y, al filo de la
mañana, morir por primera vez con tirante escueto, escasa escama, quietos ante
los golpes que derrama su hermoso drama.
La vida es un gato malevo y
perezoso al que ofrecemos caricias y contadas ocasiones, besamos sin esperar
nada a cambio.
En el vaivén de su existencia la
vida transcurre entre agonía y orgullo, mostrándose candidata perfecta para ser
anillo en nuestros índices dedales.
La vida es la mayor de las
casualidades a la que pueda estar expuesto el ser humano, pero esta afirmación
no siempre queremos comprenderla.
-III-
La vida es un puñado de imágenes
definitivas, envueltas al azar o quizás por prioridades.
La vida tiende a dar, en ocasiones,
más de lo que quita.
La vida es la trastienda de los
sueños. El BOOM, el PUM, el BANG que acaba con las sienes de todos los presentes de esta vida pasajera.
Se puede
resumir en partes nuestra vida, pero
solo los recuerdos unirán el puzzle que excede la muerte.
3.3.-
PROBABILIDAD PASADA
Todo resulta
un desierto quebrado
a las tres de la mañana.
-Javier Temprado-
Pensé que tras la noche partirían
los fantasmas. Me empeñé en transformar escalofríos en espasmos. Quise volar
bajo el agua, tejer un tapiz indestructible, no darme por vencido fácilmente.
Intenté no pensar sin quedarme
dormido. Lamenté no dormir por pensar demasiado.
Dejé para luego, entonces, el
encuentro endemoniado, las virtudes mal curadas o las ganas de partir sin
optimismo por mi falta de costumbre a los milagros.
Porque, al fin y al cabo, uno
también puede estar bien dando palos de ciego a las puertas
del olvido,
en el lado equivocado.
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