A veces, sólo
a veces
escucho el
silencio repetido
y ese pasar las
horas lentamente
mientras hago un
remix de mi pasado.
Entonces me pilla
la tontera
y como si se
detuvieran los relojes
suceden imágenes
atropelladamente
en forma de
explosivos.
Los trazos del
dolor de ausencias,
el duelo de la
pérdida,
agravios,
agresiones,
recuerdos de
ayeres imperfectos
que descuelgan
fantasmas de las perchas
y aparecen mis
lutos y mis miedos.
A veces, sólo a
veces,
la soledad se
torna tan amarga
que desata la
tormenta perfecta.
***
Mi casa es
el templo
donde refugio
todas mis miserias,
mis errores,
mis
infortunios.
Desde que abrí
los ojos
en el seno
materno
he tenido otras
casas,
a ellas llegué
de mano del amor,
pero nunca
consagré sus rincones.
Tan sólo a mi
casa,
la que ahora
habito,
di esta
categoría
desde la última
salida de mis hijos.
MONTSE GRAO. No permito a ningún pájaro secarse. Ed. Amargord. 2019
Gracias Antonio. Un honor el estar en el blog.
ResponderEliminarGracias a ti por tu sensibilidad y compromiso querida Montse. Un gusto tenerte aquí. Besos.
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