Feria del
libro
Allí, en la
fotografía,
ese cartel que
anuncia los autores,
escondidas,
agazapadas a su
sombra,
unas pocas
mujeres tienen el privilegio
de estar entre
hombres.
Entre tantos y
tantos
que muestran su
sonrisa triunfadora.
“No llegaron
todas a la foto”,
comentan los
defensores de la cosa.
Es cierto,
algunas se quedaron cuidando de los hijos,
o quizá de los
padres, no se sabe,
y no las
esperaron.
En el cartel
50/17.
En este
porcentaje se mueven
los jefes del
cotarro,
de todos los
cotarros.
Y luego nos
dedican “igualdad”.
***
***
Montse Grao. No permito secarse a ningún pájaro. Ed. Amargord, 2019
Nosotras,
que salimos del
yugo paterno
a un mundo de
maridos malcriados.
Que fuimos
educadas
para ser buenas
madres y esposas,
siempre a la
postrera,
el viaje de la
vida lo hemos hecho en segunda.
Sufrimos en
silencio
acosos,
apretones, abusos
y todas las
miserias del hombre y de sus leyes,
nos obligaron a
hacer del silencio virtud.
Nosotras
hemos de
rebelarnos ante el mundo
de tanta
sinrazón inconsentida,
soterrada bajo
la sospecha de mentes enfermizas.
Izamos la
bandera de morado para gritar “ya basta”,
para dar el
testigo a nuestras hijas,
hermanas,
compañeras,
mujeres de
otros continentes,
de cualquier
religión que les reprime.
Nosotras
cambiaremos la
historia para que la igualdad
nos haga
ciudadanas de primera.
***
Quienes
nacimos a mitad del Siglo 20,
al morir el
dictador,
tuvimos que
aprender a desaprender
el
adoctrinamiento de la fe,
el
nacionalcatolicismo,
la formación
del Espíritu Nacional.
Desaprendimos
tanto,
Que muchos de
nosotros ignoramos
Los rescoldos
de aquella triste hoguera
que dio la
dictadura.
Se quedó entre
cortinas el fascismo,
quedó en la
superficie el Concordato,
y un
folclorismo rancio resurgió de repente.
Creció y
creció desde los escorchones
de una recién
nacida democracia.
No dimos
importancia a las cenizas
que avivaban el
fuego amenazante.
Miramos a otro
lado,
mientras tanto
la hoguera,
cada vez más
titánica,
destrozaba
implacable sus cimientos.
Y seguimos
desaprendiendo todo,
y aprendemos lo
nuevo que no es nuevo,
para
desaprender de lo aprendido.
Y todo está
ocurriendo a nuestra vista,
la democracia
débil,
la libertad de
expresión depauperada
la dignidad
herida
y
la igualdad truncada para siempre.
Montse Grao. No permito secarse a ningún pájaro. Ed. Amargord, 2019
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