Posa la soledad en la mesa
la imagen
hay algo de social
ahora que son pocos los que no duermen.
Y todos los otros, los billones,
los cojones de la humanidad
que se levantan cada mañana
y no hablan
exhalan un olor seco e intoxicante
a vino peleón
malencarados
pobres portuguesiños
cerrados a cal y canto
y así y asá
vamos tirando
callando y liberando la violencia
que desde hacía mucho permanecía muda
y que en esta noche en que las calles están vacías
y en las casas ni siquiera se habla
ni se discuten los mínimos problemas
de la miseria y de la mezquindad,
en el fondo, el pequeño gran portugués:
-Cállese.
-No me callo, sino que vivo en la miseria,
protesto pero ni siquiera hablo,
me siento debajo de un autobús,
discuto, grito, gesticulo,
pero me callo.
¿Dónde está ese tio portugués del 500
que iba dando paseos con barcos de vela
descubriendo nuevos caminos?
Creo que ese tipo debe estar en la parada
desde hace dos horas esperando el autobús
para ir hasta la siguiente parada
cojo, cargando con bolsas de plástico.
Pero va tirando,
con el invierno los dolores empeoran
sólo el salario y la pensión no empeoran,
ni suben ni bajan
porque casi no existen.
Tiago Gomes. Obra poética. Ed. Baile del Sol. 2009.
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