A Kanellos, Loukanikos y sus amigos.
Está ladrando fuerte el perro del color de la canela:-¿Quién debe qué? ¿Quién debe a quién?- Frente a la policia,junto a los amotinados, salta y juguetea entre gases de lágrimas, piedras y palmeras de fuego. Ahora están ardiendo los hombres con más brillo que el archipiélago de Holdërlin, porque los prudentes atenienses no pueden decidir nada en la asamblea de la plaza sin consultar a los mercaderes y sus criados.
¡Cuánto hacía que el dios del vino no se escapaba para burlar y enloquecer al rey Penteo!
Ladra, aunque sea con aromas de canela, ladra...
Todo el mundo lo sabe y Blanca Andreu lo cuenta en Los archivos griegos: los perros de Atenas son los dioses que, cuando perdieron su guerra, prefirieron ser perros atenienses antes que dioses bárbaros bebedores de sangre.
ResponderEliminarsaludos extremos.
Querido Antonio, son palabras de rebeldía –aunque parezcan ladridos de perro canela-, si!, son resistencia, grito y ataque de frente, así debería ser el sueño de los hombres, para levantarse todas las mañanas, con el mismo fuego que brota de –ese ladrido guerrero del perro canela-, el si parece humano.
ResponderEliminarUna gran fotografía y un texto lleno de grandeza y rebeldía.
Un abrazo Antonio.
Gracias Antonio, aunque el mérito es de daniel, un gran abrazo!!
ResponderEliminarantonio orihuela