Toda amistad conserva un rastro de las condiciones de su nacimiento, del momento del encuentro. Las que se han tejido allí guardarán siempre consigo un olor a gas lacrimógeno, un pequeño resplandor de automóvil en llamas, de escaparate que cae, un lejano rumor de revuelta; y ese rastro les devolverá a ellas.
VV.AA.
Fogonazos y otras llamadas. Ed. Acuarela Libros.
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