EL
PADRE “KUANGOS”
El
padre “Kuangos”, anduvo un tiempo fuera de la misión.
Visitó
El Vaticano, en mitad de un largo viaje por otros lugares.
Vio
tantos templos, tantos retablos, tanto arte, tanta grandiosa obra del
hombre, que no atinaba a pensar con claridad.
De
regreso, montado en su canoa, remontando el río que le llevaba de
nuevo al poblado, encontró la respuesta que andaba buscando.
Tenía
que acabar la capilla de los “Aguaruna” y había visto bien claro
cómo hacerlo.
Entre
todos quitaron la humilde pared de madera que hacía las veces de
retablo y al otro lado apareció un paisaje amazónico con todo su
esplendor. De fondo, el cauce del río donde solían bañarse todos
juntos, entre risas y sonidos de pájaros diversos, como niños
felices. Colgaron del techo una gran cruz que, a contraluz, se movía
suave con la brisa y cuando las lluvias tropicales se instalaban en
el poblado, la cortina de agua, a veces, reflejaba el arco iris.
Ninguno de los retablos que había visitado, le pareció más
apropiado y más cercano a la idea de Dios que quería transmitir.
¡joder, begoña... ese es el contraluz
ResponderEliminarque necesita el alma de cualquier fotógrafo que se precie!