Después de esperarla más de
interminables quince minutos en medio de las alturas neogóticas de la catedral
de La Almudena, el príncipe recibe a su prometida frente al altar: "¿Cómo
estás?, inquiere Felipe. "Bien. ¡Vaya tiempo!", se queja la novia
aludiendo al temporal que descargaba sobre Madrid. "Que nerviosa
estás", indica el heredero. Ella hace un gesto de resignación. "Estoy
cansada. ¿Tú estás bien? ¿Eres feliz?”… Letizia proclama: "¡Es todo tan
hermoso!"
El misterio de por qué la gente
aguanta
y no se revela
es
porque
a pesar de cómo está la cosa,
aún les compensa,
y porque cada vez que han
intentado derribar el sistema,
el sistema
les ha caído encima.
Así que, porque aún compensa,
aunque el temporal esté
descargando con fuerza
y el tiempo no acompañe,
la gente está por participar en
el circo del consenso,
la imbecilidad, el cinismo, la
amnesia,
la injusticia, la represión,
y hasta del apocalipsis
mientras todo siga siendo tan
hermoso.
Como la novia en el altar,
aunque están cansados, fatigados,
asqueados, reventados,
siguen diciendo SÍ con un gesto
de resignación,
porque
todavía, compensa.
Así que, señores, ya lo saben,
si bien es lógico enternecerse
con la capacidad de aguante de la
domesticada chusma,
pongan mucho cuidado con estos,
procuren,
por su propio bien,
que todo
siga
siendo tan hermoso,
porque hasta las infantas
se divorcian.
Antonio Orihuela. Arder. Ed. Lupercalia, 2013
creo que ese "revela" debería escribirse con "b"
ResponderEliminarGlup!, pues sí, gracias jose luis
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