Se
Trata de un poemario muy original en cuanto a forma y fondo, muy arriesgado por
cierto (en el poema debe existir una buena dosis de riesgo, en caso contrario,
mala cosa), encontrándonos con un conjunto de trabajos totalmente innovadores.
Jamás antes había visto o leído un poemario en forma de entrevistas y poemas
vinculados a su texto, engarzando ambos relatos de un modo muy conveniente para
reflejar mejor aún al personaje entrevistado. Con un lenguaje coloquial muy
bien trasladado al papel, las prosas son el primer atisbo de personajes
marginales realmente interesantes. Además, con mucha ironía y un gran
sentimiento de respeto hacia los retratados, sin juzgar ni valorar los ajenos
comportamientos, los muy diversos modos de enfrentarse a la miserable realidad.
En
líneas generales, un poemario que se lee con facilidad, con trabajos muy
elaborados y conseguidos, con composiciones heterométricas en cuanto se refiere
a la parte poética.
Respecto
al prólogo, del gran poeta valenciano Pedro J. de la Peña, me parece que su
autor ha entendido muy bien las intenciones y formas del poeta, que ha releído
el texto y entresacado el jugo que destila la obra. Estoy de acuerdo con él
cuando dice que en el fondo los personajes sienten lo narrado, aunque no lo
expresen de la misma manera (en todo caso con sus palabras, con las que usan o
maltratan a diario), mostrándonos la poesía lo que no se ve, lo que está pero
que no se percibe, logrando su objeto, por tanto. En resumen, un libro de obligada
lectura, tanto por su originalidad como por su calidad.
Sería
injusto finalizar la presente reseña sin hacer mención a Grafiper, a la que R.
Alcalá denomina “la imprenta de los poetas”. Efectivamente, dicha entidad,
primero dirigida por el poeta Francisco Peralto, verdadero maestro impresor, y
en la actualidad de sus hijos (también poetas) María del Carmen y Rafael, lleva
decenios dando a la luz magníficas ediciones, tal es el caso del libro que
hemos reseñado.
MANUEL VARO
No hay comentarios:
Publicar un comentario