documentos de pensamiento radical
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lunes, 10 de octubre de 2011
ZOMBIS NAZIS
Los zombis no sólo llenan las pantallas,
también las casas, las calles y los centros comerciales
están llenos de zombis
solitarios, angustiados, desconsolados,
taciturnos, inconscientes, maquinales,
envueltos zombis en sus harapos de última moda,
balbuceando palabras podridas por el dinero,
alargando sus brazos en pos de la mercancía,
todos los zombis juntos
hacia la gran nada prometida por los creativos del fingimiento,
con una sola idea en la cabeza,
un solo objetivo,
millones de zombis tambaleantes camino del mercado,
pero
como en las películas, también en el mundo real
sobreviven pequeñas células resistentes,
asamblearias,
organizadas,
ellas intentan lo imposible en el mundo de los zombis,
romper el silencio,
reconocer al otro,
constituirse,
movilizarse,
vivir en la palabra horizonte, tibieza, encuentro,
juego, laberinto, grieta, sueño,
amanecer
junto a vosotros,
en el tiempo de los zombis,
pero
nunca más solos
de vínculos,
de afectos,
de la sombra gratis de los árboles.
Antonio Orihuela. Todo el mundo está en otro lugar. Ed. Baile del Sol, 2011.
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Se arrastran penitentes entre la vida y la muerte guiados por un insaciable y antropófago instinto productivo. Su voluntad está controlada por la hechicería mercadotécnica y el fetichismo de la mercancía: mecánicamente trabajan, gesticulan, esperan, patalean, consumen. Ingieren grandes cantidades de polvo zombie para sumirse en estados catatónicos: no ven, no saben, no se enteran, sobreviven aletargados, vegetando, sin rabia contrapuesta a su inexorable destino, sin cuestionarse su propia felicidad. Circulan torpemente por los pasadizos del laberinto evitando la eterna discusión entre lo posible y lo imposible, enterrando sueños en un cementerio. Se multiplican a la sombra de los cementerios y las centrales nucleares, de los centros comerciales, de los cuarteles militares que arman las bombas con uranio empobrecido, de los laboratorios y campos que experimentan con biotecnologías. No aman porque no odian, no odian porque no aman, sus vidas extrañadas se escapan entre mediocres teleseries y la actividad laboral muerta, entre construcciones virtuales del mundo y un mercado enajenado del poder de los hombres y las mujeres.
ResponderEliminarLa tierra está plagada de zombies.
¿Qué pueden hacer las comunidades humanas resistentes?
Unirse alrededor de espacios autónomos de la burocracia municipal para hacerse fuertes estableciendo lazos de apoyo mutuo. Participar en actividades y acciones que cortocircuiten la normalidad cotidiana y arrojen la armada crítica contra lo existente. Cuestionar la actitud zombie allí donde se manifieste. No aceptar la subordinación al aparato militar, administrativo y policial de nuestro propio país. No considerar la impotencia definitiva, no dejar de ser fiel a uno mismo.
Arrieros somos y en el camino nos encontraremos.
http://csoabsenta.blogspot.com/2010/02/la-tierra-esta-plagada-de-zombies.html