Infelices quienes nunca cayeron;
porque por no caer
nunca se asomaron a la orilla,
infelices.
Infelices quienes nunca sufrieron;
porque por no sufrir
no amaron nunca,
infelices.
Infelices quienes permitieron la injusticia
por tal de no sufrirla
sobre su propia carne,
infelices.
Infelices quienes por no dar nunca
un ápice de sí
se han perdido enteros
como una tierra estéril,
infelices.
Infelices quienes callaron siempre
para que su palabra
no los comprometiera,
infelices.
En tres palabras: infelices,
quienes por egoísmo, no abrieron nunca
de par en par,
la frente,
el corazón
y la palabra.
Pura López Cortés. poema del libro Alacena. En 65 Salvocheas. Ed. Qurorum, 2011.
Pura López, cuando el diamante es lo humano, lo humilde y lo sencillo. Alacena: un poemario con la hermosura del sentido. Precioso.
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