Cuando me hayan talado el brazo
desobedeceré.
Plantaré un árbol entre las losas de granito de la plaza.
Lo regaré.
Me sentaré a su sombra aunque caiga en la zona de estacionamiento.
Recogeré sus frutos sin códigos de barras.
Los comeré.
Me encadenaré a él cuando vengan las máquinas.
Me levantaré para verlo caer.
Y sujetando una navaja en la boca
grabaré un corazón con tu nombre
en el otro brazo.
Iván Rafael
No hay comentarios:
Publicar un comentario