1.
Os dije muchas veces:
Las filas que pasan
en los desfiles de las fiestas
(que arrancan gritos de admiración de las mujeres desde las ventanas),
no llevan a ninguna victoria.
Que los cañones que permanezcan en fila en las fronteras del desierto
no lanzan fuego sino cuando dan la vuelta.
Que la bala que compramos con el precio del pan y las medicinas
no mata a los enemigos;
nos mata a nosotros
si levantamos la voz,
y mata a los niños.
2.
Os hablé, en aquel año lejano,
del peligro del soldado,
de su corazón ciego,
de su valentía nula;
del soldado que solo protege a quien le paga su sueldo
y su traje oficial;
y amenaza a los rivales
con palabras vanas
y alto vocerío.
Pero, cuando hay que morir
en pro de la patria y de la fe
huye de la plaza;
asedia al gobernador;
se apodera de su silla,
y anuncia, en la radio, la revolución.
Amal Donkul. En Lavarquela. Suplemento de Cuadernos del Matemático, 49.
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