Ainda me amas? Ainda, te respondí.
Y te besé con el sabor de la ginghina en la boca
y el hueso de la guinda atrapado en tus babios
y en los míos. Una tormenta descargó
sobre la Plaza de Santo Domingo
y nos perdimos corriendo entre risas,
empapados de lluvia y alcohol hacia la Alfama.
Lisboa despliega su paraguas de rojizos tejados,
su corazón atravesado de nostalgias y tranvías:
un abrigo cercano para enamorarse
bajo el sueño enfebrecido de una amanecida de Abril.
Junto al Cais do Sodré, mirando a Santa Apolonia,
fondea el Santa Liberdade ¿Lo ves? Es como un pañuelo
recostado en la orilla. Desde el puente de mando
el Capitán Galvão nos saluda triste.
Ainda me amas? Ainda, te respondí y nos sumergimos
en la balconada de azules que se derrama hacia el Tajo,
medio mar, medio río.
Antonio Rodríguez Alarcón
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