la carne se hizo verbo
ahora vuelven a abrirse las jaulas de
la poesía
para los bichos de miró
una pulga una gusarapa nocturna un escarabajo
batanero
con tentáculos que palpan la palabra
oh catastro de los sueños sensible vaticano
innumerables yerran ya los devotos en
tu terrario
respirando una rana rígida en misa
vespertina
un sempiterno flujo – siniestro como edificios bancarios
bajo el cielo tormentoso – murmullando rumores de inflación
pero en la noche despiertan sus lenguas
los cañones
y graznando pasan las granadas de sus
gritos
sobre el bosque glacial
niños con los ojos fríos
y raquíticos se acurrucan en los
tugurios de sus labios
allí chasquea ya el esqueleto del
nacimiento
hay en él un redentor con cinco
agujeros
de bala en el cuerpo antes de que las
uñas caigan
las lágrimas de la muerte
las larvas de cristal
(Lucebert, Apocrief,
1952)
Traducción: Agustín B. Sequeros, enero
2015
Bienvenido y felicidades Agustin, hermoso poema!!
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