Tu amor se pierde
Te veo vivir entre una mezcla
de ilusión, esperanza y fantasía.
Hay momentos en que te veo nacer,
te veo salir de entre los ruidos,
la tristeza y la melancolía.
Son esos días
en que hablamos de cosas soñadas.
Entonces te conviertes en una niña
dando rienda suelta a la fantasía
de un amor que te gustaría tener.
Veo tus labios como un manantial
de agua viva que se pierde
entre hierros viejos y humedecidos,
dejando a un lado una flor seca
que hubiera podido vivir.
Están tus venas llenas de aliento,
llenas de amor.
¡No se acaba el agua no!
y sin embargo me pareces algo lejano,
impotente para calmar la sed,
se va, se va…
se pierde tu frescura
en esa mezcla de placer falso,
te miras y te contemplas,
yo también te miro y te siento,
pareces disfrutar
ante tus labios abiertos, mojados, sedientos,
impotentes ante lo que debiera ser.
Siento tus pechos palpitar,
llenos de sangre hirviente, viva,
mi sed se agudiza más.
Pienso y callo este absurdo imposible,
es más fuerte que tú.
Sé que darías tu cuerpo
hasta que naufragara mil veces,
hasta que desaparecieras
enterrada a besos.
Hoy podría haber sido,
pero alguien
o las cosas que no sabemos
lo impiden.
Sólo queda contemplarnos.
Mientras, se acaba la tarde,
la calle se vuelve sucia, melancólica.
Esta noche moriremos un poco más.
Inseguridad
Hojas frágiles de otoño
parecemos los hombres,
y la vida el viento
que juega con nosotros
hasta rompernos y hacernos
naufragar.
Así lejos de tí, amor,
me identifico.
Pisando barro me voy hundiendo lentamente
en el fango que es la muerte.
Voy de temporal en temporal
hasta encontrar tu vida
que me da vida.
Encontrarte a tí, quizás sea
la posibilidad de irme
lejos de todo sentido humano.
Mis labios puestos sobre los tuyos
me hacen encontrar sentido a la vida,
pues la sola presencia de tu cuerpo
tiene más fuerza
que cualquier viento violento
de la tierra.
Tu eres el viento de amor vivo,
eres ángel entre la muerte
dulce amor vivo
que traspasa mi cuerpo
llevándolo lejos de mi cárcel diaria.
Mil veces me llevas
a la libertad,
y a tener fuerzas de buscar
la libertad perdida
en tantos otros hombres.
Amor para vivir
¡Vacías se ven las calles de mi barrio!
Perdidas, dormidas están las esperanzas
del hombre que diariamente trabaja.
Algunos tan solo esperan
su encuentro con la muerte.
Arrastradas, perdidas y rotas
están las esperanzas de mi cuerpo,
que impotente camina
atado a las cadenas de una diaria prisión.
¡Un pájaro sigue volando alto!
es la libertad soñada.
Y en medio de todas las sucias calles
tu y yo.
Amor caminando entre barro y sangre.
Tu y yo, el miedo y la esperanza,
los cuatro caminamos juntos,
dentro de un tiempo que la historia prepara.
¡No me gusta ni el tiempo ni la historia!
yo sólo se que vivo y te amo
para desear vivir.
Y sin embargo mis oscuros pensamientos,
del hombre y la muerte de alguien
que habitaba junto a nosotros
me hace pensar en mi muerte temprana.
Yo te amo hasta no saber
donde termina mi cuerpo y donde
comienza el tuyo.
Sólo tu amor me lleva
a ese lugar en que parece
no existir ni el tiempo ni el espacio.
Pasión necesaria que desencadena mi vida.
Pero cada día se abren las puertas de la cárcel
Y entran hombres que esposados a ella
enterrarán su vida.
Así sobre un lugar tan extraño
camina nuestro amor.
¿Cuánto tiempo podremos sobrevivir?
Te amo, pero yo sé
que no he nacido en mi momento
y estoy sujeto a una vida violenta
espero tener momentos para amarte,
quererte, te querré siempre,
ámame todo el tiempo
que tu vida lo permita.
Jesús Llamas (Villanueva de Algaida, 1950-Sabadell, 1990)
“Nací en Villanueva de Algaida, provincia de Málaga.
Cuando tenía doce años mi familia emigró a Catalunya por las mismas razones de tantas otras familias obreras.
No tenia conciencia de clase en aquel tiempo pero ya no entendía que hubiera miseria mientras otros tenían riqueza.
Fui al colegio hasta los once años.
Hace tiempo que escribo sin haber publicado nunca nada hasta el momento.
Como otros tantos obreros y compañeros del barrio fui detenido en 1970 por luchar contra la dictadura fascista.”
Este es el breve extracto biográfico que Jesús Muñoz Llamas escribió en el año 1977 a modo de presentación en una modesta publicación editada en Sabadell, y que bajo el título "De puerta en puerta" recogía poemas de diversos autores, los cuales se presentaban como "poetas del pueblo". Los quince poemas que seleccionó Llamas en aquella ocasión, y que se podrían fechar entre 1974 y 1977, ya destacaban por el uso de un lenguaje directo y sin retórica para canalizar una experiencia de revuelta y compromiso dentro del contexto político y social de aquel momento. De un año más tarde, 1978, datan sus primeros dibujos que redireccionarán y amplificarán este gesto poético inicial.
La suya fue una vida restituida y sustentada entre la poesía, el dibujo y la pintura. Una vida vivida intensamente, comprometida y que oscilaba entre un deseo exultante y un soterrado desasosiego, con un inesperado formato que él eligió y que finalizó cuando en 1990 fue encontrado muerto en su pequeña casa del barrio de Ca n'Oriac en Sabadell. Tenía apenas cuarenta años.
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