para Carlos
Fernández Liria
No
sé si una mariposa que mueva sus alas en Hong Kong
puede
provocar una tempestad en New York,
pero
sí sé que en el precio de la gasolina ya va descontado
el
costo de las bombas que caen en Irak,
sé
que si tecleas en un ordenador comprar o vender
en
el mercado de derivados financieros
los
precios del arroz pueden subir en el otro extremo del mundo,
generando
una burbuja que matará de hambre
y
llenará de sufrimiento muchas casas,
sé
que el éxito de mis bonos de Endesa
se
cimentaron en el apoyo a la dictadura de Pinochet,
el
despido de trabajadores fijos, la prohibición de los sindicatos,
el
aumento de la jornada laboral y la subcontratación temporal,
sé
que cuando compro acciones de Repsol
una
selva virgen de Ecuador es destruida
y
sus habitantes masacrados y expulsados de sus tierras originarias,
sé
que cuando recibo los beneficios de Iberdrola
sus
cifras pueden estar amasadas con el frío
de
todos aquellos a los que se les ha cortado la calefacción,
sé
que en los bonos del Santander,
la
tasa de retorno bien puede engrosarse
con
sus inversiones en la industria armamentística
y
el negocio mundial de la guerra,
sé
que cuando estreno móvil de quinta generación
una
oscura relación se establece entre su funcionamiento,
el
tráfico de coltán en la república Centroafricana
y
la guerra que allí se ha cobrado ya millones de muertos,
sé
que cuando meto mis ahorros en un fondo de pensiones
esos
dineros pueden ir lo mismo a facilitar un ERE en mi empresa
para
deslocalizarla y aumentar sus beneficios
que
a la construcción de una nueva obra faraónica
que
arrasará un parque natural en cualquier lugar del mundo,
sé
que cuando compro una hamburguesa en un Mac’Donalds
un
trozo más de selva amazónica desaparece para siempre,
que
cuando me viste Inditex cierro los ojos a la explotación infantil
en
el lejano oriente,
que
no llegará ni al céntimo lo que el trabajador malayo
reciba
del precio de las Nike que me calzo.
Sé
que vivimos desconectados de nuestras acciones.
Sé
que no podemos seguir viviendo en un mundo así.
Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2017
¡Excelente!
ResponderEliminar¡Acojonante!
ResponderEliminarRafael Santana
Hay poemas (y poetas) que se buscan, se encuentran y se abrazan...
ResponderEliminarEL JUEGO EN QUE ANDAMOS
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
Juan Gelman, El juego en que andamos (1959)
Gracias Antonio. Salud y risas a pesar de tanto!!
ResponderEliminarGracias Antonio. Salud y risas a pesar de tanto!!
ResponderEliminarY tan cierto que duele...
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