Estoy
habitada por hombres y tormentas
por
los oscuros caminos de la niñez.
Soy
cielo oscuro, pantano y montaña.
Tengo
la fuerza de mil hombres
en
el ímpetu de todas las batallas.
Soy
el vientre dispuesto
y
el alma llena de verdades.
Estoy
hecha de tierra negra
siempre
lista a dar fruto.
Guardo
oscuridades hasta el amanecer
porque
no necesito estar protegida,
ni
ser bendecida.
Mi
horizonte se cocina solo
y
va más allá de cualquier puño que se crea útil.
Me
levanto amoratada, herida
con
la leche lista para toda nuestra prole
y
tu condición de macho no me dirá
cuál
es el camino que debo seguir.
Estoy
habitada por hombres y tormentas,
soy
una mujer
que
grita sin miedo
en
medio de tanto lodazal,
de
tanto maldito futuro no hecho para las mías.
Estoy
cansada de pertenecer al abismo,
de
ser presa y deshonra.
Soy
una mujer
que
alza la mano
que
grita sin miedo
¡no
más!
Natalia Jaramillo. Toda la sangre que nos queda. Fallidos Ed. 2019
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