Con torcido andar he recorrido sinuosos caminos, noches de tiniebla las tormentas reunidas en asambleas reumáticas, girasoles irrumpiendo sin cesar, increpándolas por interponerse en el camino del sol.
Sol eres y en soles te abrasarás, dijo la clarabella de Dauzón, pastelería.
En aquellos torcidos recorridos supe del caracol perdido desaparecido dejando atrás su casa vacía.
¿habrá sido ya devorado por el ave pasajera o acaso aplastado por la bota tuerta?
Los girasoles, ávidos de sol lo ignoran y poco les importa la suerte del bien amado caracolito endeble y vulnerable fuera de su caparazón protector.
Lo entiendo
Sin caparazón a temprana edad con paso torcido eché a andar por el mundo buscando amor y fortuna.
En el camino fui convocado por luz y sombras mirando cosas viviendo accidentes y golpes de suerte definiendo así mi incierto destino.
Entre truenos y relámpagos suscitados por la tormentosa asamblea concluyo que la lucha por la supervivencia es una batalla perdida de antemano.
Lo sabemos y nos consolamos repitiendo que librar la batalla ha valido la pena ¿verdad que sí, caracolito vagabundo?
Manuel Martínez Morales
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