Me tendió su mano, curtida cual vieja encina. En la palma de la misma una semilla.
Mira, me dijo con infantil entusiasmo, fíjate qué tronco tan robusto y qué hermoso ramaje. Ahora su sombra es minúscula, pero pronto se extenderá sobre sus profundas raíces.
Me tendió su mano, curtida cual vieja encina.
ResponderEliminarEn la palma de la misma una semilla.
Mira, me dijo con infantil entusiasmo, fíjate qué tronco tan robusto y qué hermoso ramaje. Ahora su sombra es minúscula, pero pronto se extenderá sobre sus profundas raíces.
Salud