En qué sitio colocar
a este viejo enano,
primo de La Giganta,
hermano del niño de Vallecas,
que vive bajo las escaleras del restaurante japonés,
junto a los contadores de luz
y las cucarachas de Durbar Marg...
corre al oír nuestros pasos
y me hace una reverencia,
sacada de una película india
de pajes y señores feudales,
a la espera de unas monedas que, de pronto,
me parecen pocas y, sin saber por qué,
lo abrazo.
Camino del hotel sigue el enano en mi cabeza,
buscando un sitio contra el olvido,
un lugar desde el que sea posible,
también para él,
una caricia.
Antonio Orihuela. Madera de un solo árbol. (Cuaderno de Nepal). Ed. Delirio. Salamanca, 2012
Solamente en la nostalgia puede uno alimentarse de su propio cadáver. (Concluyo tras un largo paseo por Xichang)
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