¿Qué echarás más
de menos
en la
megamazmorra del alba del infinito,
a mi madre o a
tu gorra roja?
Ya, no te hacen
falta ninguna de las dos,
es lo que tiene
estar fuera del mundo
y haber perdido
todo interés
por los
documentales de bichos
o las películas
del oeste.
Pero, ¿en qué
orden
se producen las
cosas?
¿Qué será lo
primero que se pierde,
la inocencia,
una bicicleta azul,
una camiseta del
Barcelona
o aquel perro
que sigue ladrando
en el puente de
Brooklyn?
Supongo que es
que empiezas a perder
y cuando te
quieres dar cuenta
ya estás perdido
del todo.
Tal vez por eso
tu memoria era prodigiosa,
pensabas que
quien recuerda
no puede morir,
porque quien no
recuerda nada
es como si ya
estuviera muerto,
pero la realidad
es que
no todo depende
de ti,
solo cuando
alguien te observa
tu forma se
consolida
y puedes entonces
volver a la vida.
¿En qué sueño
andarás
pensando que
todo lo que vives es real?
¿Chamariz
volando sobre los naranjos del huerto de La Carnicera,
rosa amarilla
del corral en trencadís de la casa de la Friseta,
mota de polvo
iluminada por el proyector del cine Central,
mojarrita del
primer sol del verano que se deja llevar hasta la orilla
donde mi madre
me sostiene mientras estoy chapoteando en un charco,
niño que vienes
de la mano de la tuya para que conozca al anciano que eres,
arcilla, buey pío,
grano de sal, aquella hoguera, lluvia sobre el bosque,
carbonilla gris
de un tubo de escape?
No, yo te veo de
piel roja,
cabalgando a
lomos de un caballo aleatorio,
acercándote
entre gritos hasta este mundo,
en medio de una
gran polvareda,
tirar de las
riendas del corcel cuántico,
echarnos un
rápido vistazo
y a continuación
decirles a tus amigos:
-¡Vámonos, están
todos muertos!
A veces me pasa. La tercera o cuarta vez que leo un poema me rindo del todo. Lo adoro.
ResponderEliminarChiloé
Gracias por tus palabras!!
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