Me acuerdo ahora de aquellos jóvenes escritores que venían a nuestra casa con corsé, calcetines de seda y bordados, pulseritas, polvos y una hoz y un martillo de oro en la corbata. “Luego” algunos de ellos han convertido la hoz y el martillo en unas flechas y el puño hipertrofiado en mano abierta hipertrofiada, de tanto exhibir. Aquella mano hipertrofiada de Ramón Gómez de la Serna en la película del orador político.
ERNESTO.- (Musitando) de la Serna, Alberti… (señala Argentina en el mapa)
GIMENO.- ¡Cómo se reía Pedro Salinas, el equilibrista, de aquella mano gigante!
Hoy he recibido, vía Portugal, un follleto Los Ángeles de Compostela de Gerardo Diego, con una cariñosa dedicatoria.
ERNESTO.- (Con alborozo) Eso es cojonudo.
JIMENO.- ¿Cómo dices?
ERNESTO.- Que es cojonudo que los ausentes se escriban con los presentes, que es la mejor manera de tenerlos vinculados a la Patria. JIMENO:- Todos los escritores se escriben entre ellos, y todos los días cartas van y cartas vienen, pero hasta ahora solo se queda Gil Albert. Porque (con sorna) Don Mamón Gómez de La Serna se volvió a la Argentina. ¿Pero qué más podía pedir, el cabrito de él? ¡Si hasta le recibió el Caudillo y lo exhibimos en el NODO!
ERNESTO.- Tiempo al tiempo. Sigue.
JIMENO.- Muy significativo que un escritor que siempre fue “derechista”
me envíe a mí que siempre fui “izquierdista” (qué palabra, cuál será la derecha y cuál la izquierda, qué lo derecho y qué lo izquierdo); y qué guirigay de derechas combinadas tienen armado ya los escritores en España.
Ahora pretenden rescatar a los muertos que mataron de un modo o de otro.
Para ellos, Unamuno es de ellos, Antonio Machado, de ellos y hasta Lorca de ellos. Como que no pueden hablar. Cualquier día los “comunistas” de Méjico se hacen de ellos, de la falanje, “falange” con jota.
ERNESTO.- Juan Ramón es único
JIMENO.- ¿Qué?
ERNESTO.- Que es el único que escribe falange con jota.
JIMENO.- Ah! Se hacen de la falanje no por estar muertos sino por ser vivos, demasiado vivos. Y a León Felipe, el aullante hebreo, lo veremos en la “Tierra de Promisión”.
(Dejando los papeles sobre la mesa) Aquí acaba el suelto. No deja títere con cabeza.
ERNESTO.- Hombre, camarada, salva a Gerardo Diego.
JIMENO.- Sí. Y a los muertos, que si estuvieran vivos…
ERNESTO.- (Musitando) de la Serna, Alberti… (señala Argentina en el mapa)
GIMENO.- ¡Cómo se reía Pedro Salinas, el equilibrista, de aquella mano gigante!
Hoy he recibido, vía Portugal, un follleto Los Ángeles de Compostela de Gerardo Diego, con una cariñosa dedicatoria.
ERNESTO.- (Con alborozo) Eso es cojonudo.
JIMENO.- ¿Cómo dices?
ERNESTO.- Que es cojonudo que los ausentes se escriban con los presentes, que es la mejor manera de tenerlos vinculados a la Patria. JIMENO:- Todos los escritores se escriben entre ellos, y todos los días cartas van y cartas vienen, pero hasta ahora solo se queda Gil Albert. Porque (con sorna) Don Mamón Gómez de La Serna se volvió a la Argentina. ¿Pero qué más podía pedir, el cabrito de él? ¡Si hasta le recibió el Caudillo y lo exhibimos en el NODO!
ERNESTO.- Tiempo al tiempo. Sigue.
JIMENO.- Muy significativo que un escritor que siempre fue “derechista”
me envíe a mí que siempre fui “izquierdista” (qué palabra, cuál será la derecha y cuál la izquierda, qué lo derecho y qué lo izquierdo); y qué guirigay de derechas combinadas tienen armado ya los escritores en España.
Ahora pretenden rescatar a los muertos que mataron de un modo o de otro.
Para ellos, Unamuno es de ellos, Antonio Machado, de ellos y hasta Lorca de ellos. Como que no pueden hablar. Cualquier día los “comunistas” de Méjico se hacen de ellos, de la falanje, “falange” con jota.
ERNESTO.- Juan Ramón es único
JIMENO.- ¿Qué?
ERNESTO.- Que es el único que escribe falange con jota.
JIMENO.- Ah! Se hacen de la falanje no por estar muertos sino por ser vivos, demasiado vivos. Y a León Felipe, el aullante hebreo, lo veremos en la “Tierra de Promisión”.
(Dejando los papeles sobre la mesa) Aquí acaba el suelto. No deja títere con cabeza.
ERNESTO.- Hombre, camarada, salva a Gerardo Diego.
JIMENO.- Sí. Y a los muertos, que si estuvieran vivos…
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