ENTRAÑA EXTRAÑA de PAULO BORGES (fragmentos)

En verdad nunca somos. Vivimos y morimos por no darnos cuenta de eso.

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Nazco a partir de todo lo que dejo de ser.

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Nada jamás aconteció ni puede acontecer. Cada uno de nosotros es el olvido absurdo y maravilloso de eso.

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Cuando sólo comprendas lo que no puede ser comprendido volverás a ser inteligente. Lo difícil viene después.

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Cuanto más unido a Dios más libre de Él.

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Todo es innecesario, por eso es maravilloso.

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El mundo es mundo por un tris (Teixeira de Pascoaes). Se sostiene en un pensamiento fugaz siempre reiterado.

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Todos somos tóxico-dependientes. Dependientes no, esclavos, de la droga de vernos distintos y de aquellas otras, derivadas, del ataque y de la defensa, de la posesión y de la exclusión.

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Abre los ojos antes de que los cierres.

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Estamos viviendo una ilusión. Y los pocos que se dan cuenta de ello caen todavía en otra ilusión al pensar que se dan cuenta de algo.

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No hay enseñanzas sobre la realidad. La realidad es la enseñanza.

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Miedo y hábitos, confort, mil distracciones y esperanza de que todo cambie sin que nosotros cambiemos: de ahí el veneno lento que nos adormece y nos mata.

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En una mente sin conceptos y en un corazón despierto para el amor todo y todos se cumplen y disipan todas las vías espirituales y religiosas, todos los ateísmos y agnosticismos, todas las filosofías y doctrinas, todas las ideologías e ismos.

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Detrás de cada ojo, pata, mano, aleta, ala, hay un deseo infinito de felicidad.

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Si sientes odio, rencor a aversión por alguien imagínalo recién nacido, muy enfermo y moribundo y observa lo que ocurre.



Paulo Borges. Entraña extraña. Ed. Amargord, 2014