En la calle
se cruzan los muertos conmigo,
muertos viejos, recién muertos
limpian sus puertas distraídamente,
tiran la basura desde el balcón,
exhalan una última calada antes de subir al autobús,
le desean al que se marcha buen viaje,
acuden puntuales al trabajo,
guardan cola para echar la quiniela,
siguen abrigándose del frío
y teniendo cuidado en los semáforos.
Llevan aún los muertos
el nombre tatuado de lo que amaron,
la tizne del tiempo
y todo el brillo
del último verano.
Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Ruleta rusa. 2ª Ed. (ampliada). 2017
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