Meter
libros y una brújula en la mochila;
si
no cabe todo,
sacar
la brújula,
pero
dejar los libros dentro.
Preparar
un bocadillo y los cuencos de Thelma y Louise,
cerrar
bien la puerta y alejarse de los móviles,
de
las correas y de la ciudad
hasta
perdernos en el país de los árboles.
Reconocer
en el rumor del bosque
la
voz de nuestros antepasados,
las
canciones de la abuela en la noche interminable de los maquis,
los
caminos donde recuperar el olfato,
las
palabras de menta y tabaco de mi padre,
hierba
limpia para escarbar horas y horas,
la
cima de un monte donde aullar en libertad.
Lejos
de los cazadores,
ladra
Thelma,
pero
cerca de ti, le responde con el rabo Louise
mientras
corre ladera arriba.
Y
allí, las tres, cobijadas en el bosque,
disfrutar
nuestra ración de libertad
y
ser por unas horas manada,
una
manada sin miedo a la vida.
Marta Navarro. En: Naciendo en otra especie. Capital Animal. Plaza y Valdés. 2016
Fotografía de Juan Sánchez Amorós
Fotografía de Juan Sánchez Amorós
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