Debería
haber sido un día único.
El
que no fue borrado por
cartógrafos
ni por las dictaduras.
Debería
haber sido un día de memoria,
en recuerdo de aquellos
que lograron derechos laborales
jugándose la sopa de la cena,
jugándose la vida.
Debería haber sido un día de alegría.
Y otra vez más ha
sido decadente,
“Minifestación” doble y
a deshora,
cada quien ha cogido diferentes caminos.
Los más, salieron ayer tarde
hacia la playa
o
hacia ninguna parte.
Y una gran mayoría
que llaman silenciosa
lo dejaron pasar indiferentes,
quizá con el hastío de ver
pasar la vida
en días
similares,
de ser supervivientes de un sistema
asesino.
Debería haber sido un día único.
Montse Grao. Mis dedos Anarquistas. Ed. La Casa de Zitas, 2017
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuchas gracias
ResponderEliminarGracias a ti por tu acogida y tu cariño!!
ResponderEliminar