En la profunda
penumbra de la tarde,
cerca del Nilo
Azul,
sentados bajo el
árbol de la memoria,
los niños y las
mujeres
guardamos
silencio y respeto.
La voz de uno de
los ancianos
se escucha
temblorosa:
hace tanto
tiempo que nadie
lo recuerda,
sucedió…
Cuenta leyendas
inolvidables,
mitos que nadie
ha escrito.
Como la historia
del jaguar
que de hambre
mordió a la luna,
o la estrella
negra que se enamoró
de un joven de
la aldea…
No hay libros
que cuenten nuestra Historia,
la vieja
historia desde que el mono
se incorporó
sobre sus patas
para abrazar la
luz.
Va cayendo la
noche. De boca en boca
la saliva es la
tinta del mundo primigenio,
la memoria el
papel y la voz de la sangre.
Antes no había
nada,
la fricción de
unas piedras produjeron el fuego
y el calor de
nuestra tradición.
Esto es lo que somos y de donde venimos.
Somos únicos bajo el gran árbol,
irrepetibles como el alba en el río.
En África cuando muere un anciano
arde una biblioteca.
Ángel Petisme. El faro de Dakar. Ed. Renacimiento, 2017
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