Todo
parece atado a lo invisible. La palabra fijada a la pupila por el nervio que
alimenta las imágenes. Las formas no alteran las formas, labran cuerpos, sonidos, tactos,
penetrabilidad de lo que es sólido y estructura y aire.
***
Coloca las palabras como un viajero que sabe de
malecones lejanos, de puertos de bienvenidas, de caracolas al oído…
***
Vertical en la confrontación de los
cuerpos. Disolverse en el cuerpo venerado.
***
Todo
está hecho, meditado, creído, amado y odiado en
todo tiempo. Todo está en su credo inviolable como muestra,
entrelazado por los vínculos más sencillos.
***
Van dando vida a la forma
soñada de la imagen
***
La luz de la ventana
se ensombreció, dejé de notar la brisa que levantaba suavemente los visillos y,
los perfiles de la casa se volvieron sombras indefinidas. Era la hora en que
el tiempo se vuelve memoria.
***
No se
apaga el tiempo encendido.
***
No
nombraré la palabra desaliento cuando vea entreluces la
parte de vida que no tendremos juntos.
***
Tendré
la voz dispuesta y las habitaciones arregladas, el
jardín
podado, la ropa planchada, los abrigos limpios, la rosa en
la mano…
***
Este ir y venir, subir y bajar de la estancias
donde se escucha el sonido del microondas hirviendo descafeinado insípido, la
bandeja de metal, el cigarro apagado en un regreso al humo desesperado de
pensarte, pensando en fórmulas para
hechizarme, re-hechizarte, revivirte, sin pensar
que me estoy yendo.
***
No escribo para quebrar
murallas de distancias
y palabras, ni para pedir que busquemos las horas de la
comprensión. No venceré por la palabra escrita.
***
Luchar para que vencidos
despertemos únicos una mañana en cualquier lugar.
***
Los labios interminables o la fugacidad de los
espasmos.
***
En el momento de empezar a escribir estoy en el ayer y en el mañana y no hay ninguna
indicación que sustente la realidad del momento.
***
Los ruidos exteriores no existen. Miro el reloj y el
vaho que se acumula en los
cristales. Miro la frontera en la línea del horizonte. Valles desconocidos, llanuras, bosques inhabitados,
vaguadas y ciudades perdidas. Me
arrodillo despacio a los pies de la cama.
Antonio Ramírez Almanza. Lo visto está inacabado. (II parte)
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