Un lote de tierra labrantía yace en silencio, junto a la colina.
Cruzando mis manos sobre el pecho, pregunto gentilmente al viejo labriego:
“¿Cuántas veces lo vendiste y lo volviste a comprar?”.
Me placen los pinos y bambúes que convidan con refrescante brisa.
Hoyen (Fa-yen) de Gosozan (Wu-tso-shan)
Fotografía de Juan Sánchez Amorós
No hay comentarios:
Publicar un comentario