Yo no pienso en morir, no
está entre mis planes.
Luis Cordeiro, profesor de la Singularitas
University of California
presidente de World Future Society para América
Latina.
La temperatura se
incrementará en dos o tres grados,
los veranos serán saharianos
y el resto del año
lloverá poco y cuando lo
haga será torrencialmente.
La población, a base de
escasez de alimentos,
falta de agua,
contaminación, epidemias, guerras y hambrunas
se reducirá un 80%, así que si estás entre los vivos,
aunque seas pobre, y la
esperanza de vida haya caído veinte años,
podrás sentirte afortunado
y pagar tus compras con solo
guiñar un ojo.
Los consumos energéticos se
desplomarán
por falta de minerales
fósiles,
el éxodo al campo vaciará
las ciudades,
así que el lujo supremo será tener un huerto casero,
agua corriente en el grifo y
electricidad suficiente
para un frigorífico, una
lavadora y un ordenador.
Facebook te felicitará tu
cumpleaños un día inventado
y dos mil amigos virtuales
le darán a me gusta.
Los neurofármacos evitarán
la depresión
y te mantendrán
permanentemente dopado, activo y en alerta.
Arrinconarás a la familia,
ignorarás los lazos comunales,
comerás de una bolsa de
plástico, beberás de una lata,
reducirás tus relaciones
sexuales a hologramas en internet.
Con tatuajes, pulseras,
parches y microchips
sabrán más de ti que tú
mismo, tus enfermedades,
tu rendimiento y hasta lo
que estás pensado.
Trabajarás duro, al ritmo
que marque el Capital,
y un día te morirás, porque
tu muerte si está en los planes
de quienes decidieron
avanzar
hacia el día del Juicio
Final.
Antonio Orihuela. Camino de Olduvai. Ed. Irrecuperables, 2023
Fotografía de Juan de la Cruz Megías
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