¿Has pensado alguna vez, desgraciado, en lo que es un propietario? Amigo mío, si es aterrador lo que contiene esa palabra. Cuando uno piensa en que un hombre, tu semejante, hecho de carne y hueso, nacido de un hombre y de una mujer mortales posee una porción del globo... En que esa porción del globo le pertenece como su cabeza, y a veces más todavía... En que nadie, ni tan solo Dios, puede quitarle esa porción del globo que trasmite a sus herederos... En que tiene derecho a excavarla, a desordenarla, a construir en ella según su fantasía... Que todo es de él, el aire que la rodea, el agua la riega... Que puede quemar sus árboles, beber de sus arroyos y comerse la hierva si le place... Que cada día se dice "esta tierra que el Creador creó en el primer día del mundo me pertenece en parte"; esta superficie del hemisferio es mía, muy mía, con todo el aire respirable que hay encima y todos los kilómetros de estratos terrestres que hay debajo. Pues este hombres es propietario hasta el centro mismo del globo y sólo limita con su copropietario de las antípodas .. Pero , niño lamentable, tú jamás has reflexionando como para reír así, jamas has calculado que un hombre que posee una simple hectárea tiene en su poder, realmente, un cono gigantesco que encierra miles de metros o cúbicos que solo son de él, de él, completamente de él...
Julio Verne. París en el siglo XX
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