Lo que para los cantores del modelo neoliberal
es exitoso e imparable desarrollo económico
y modelo de crecimiento sostenido a imitar,
para nosotros es suicidio.
Salvo las regiones de Tibet y Xiajiang,
toda China es ya perjudicial para la salud,
sus suelos están sobreexplotados
e hipersaturados de fosfatos y otros fertilizantes químicos,
más de la mitad de su fauna y flora
está en peligro de extinción,
en las ciudades la calidad del aire fluctúa
entre peligrosa y nociva,
la mitad de los pantanos han desaparecido
y el agua que queda está tan contaminada
que hace perjudicial y dañino su consumo.
China está creciendo entre un seis y un diez por ciento,
dicen, desde aquí, con admiración,
los que nos empujan a todos hacia la muerte.
Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015
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